Un Sueño Renacido



Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, dos amigos muy aventureros llamados Anthony Agus y Martin. Estos dos chicos siempre estaban buscando emociones nuevas y lugares interesantes para explorar.

Un día, mientras caminaban por el pueblo, escucharon rumores sobre un bosque abandonado y oscuro que se encontraba al otro lado del río. La curiosidad les ganó y decidieron ir a investigar. Cuando llegaron al bosque, se dieron cuenta de lo tenebroso que era.

Los árboles altos y frondosos bloqueaban la luz del sol, creando sombras misteriosas en el suelo. Sin embargo, eso no los detuvo; estaban decididos a descubrir qué secretos guardaba ese lugar.

Mientras caminaban por entre los árboles, comenzaron a escuchar risas extrañas y escalofriantes. Anthony Agus miró a Martin con temor en sus ojos. "-¿Escuchaste eso?"-, preguntó Anthony Agus nervioso. "-Sí, pero seguro es solo nuestra imaginación jugándonos una mala pasada"-, respondió Martin intentando tranquilizarlo.

Continuaron avanzando hasta llegar a un claro en medio del bosque donde encontraron algo inesperado: ¡un circo abandonado! Las carpas estaban viejas y desgastadas por el paso del tiempo.

Curiosamente, había un cartel que decía: "¡Bienvenidos al Circo de las Sonrisas!"Sin pensarlo dos veces, entraron al circo para explorarlo más de cerca. Encontraron malabaristas olvidados, trapecistas abandonados y hasta jaulas vacías donde solían estar los animales.

Pero lo más extraño de todo fue encontrar a un pequeño payaso, llamado BER, que parecía haberse quedado atrapado en el tiempo. BER era diferente a cualquier otro payaso que hubieran visto antes. Tenía solo dos meros en lugar de uno y siempre llevaba una sonrisa brillante en su rostro.

A pesar de su aspecto peculiar, no daba miedo ni causaba risa como los demás payasos. Anthony Agus y Martin se acercaron a él con curiosidad. "-Hola BER, ¿qué haces aquí solo?"-, preguntó Anthony Agus amablemente.

"-Soy el último sobreviviente del Circo de las Sonrisas. Hace años que todos se fueron y me quedé atrás por accidente"-, respondió BER con tristeza en su voz.

Los chicos sintieron pena por él y decidieron ayudarlo a hacer realidad su sueño: revivir el Circo de las Sonrisas. Juntos trabajaron arduamente para limpiar el circo abandonado y buscar artistas talentosos dispuestos a formar parte del espectáculo.

Poco a poco, la noticia se extendió por Villa Alegre y muchos niños y adultos comenzaron a interesarse en el renacimiento del circo. Los malabaristas regresaron para sorprender al público con sus habilidades, los trapecistas volvieron para realizar acrobacias impresionantes y hasta algunos animales fueron rescatados para volver al circo donde pertenecían.

El día inaugural llegó finalmente y el Circo de las Sonrisas estaba lleno hasta el tope. Las risas resonaban bajo la gran carpa mientras todos disfrutaban de los actos increíbles que se presentaban.

Y en el centro del escenario, BER brillaba con su sonrisa única y especial. La historia de Anthony Agus, Martin y BER se convirtió en un ejemplo inspirador para todos en Villa Alegre.

Les enseñó que incluso en los lugares más oscuros y abandonados, siempre hay una oportunidad para crear algo maravilloso si tienes fe y trabajas duro.

El Circo de las Sonrisas se convirtió en un lugar donde la diversión y la alegría reinaban, recordándonos a todos que nunca debemos juzgar a alguien por su apariencia o habilidades diferentes. Todos tenemos talentos únicos que pueden hacer una diferencia en el mundo si nos atrevemos a soñar.

Y así, Anthony Agus, Martin y BER vivieron felices para siempre mientras continuaban llevando risas y sonrisas a todos aquellos que visitaban el Circo de las Sonrisas.

FIN.

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