Un viaje a los cielos



. Desde muy pequeño, había desarrollado una gran pasión por los aviones y soñaba con algún día convertirse en piloto.

Un día, mientras paseaba por el parque, se encontró con un anciano que estaba construyendo un pequeño avión de papel. Bautista se acercó a él y le preguntó si podía enseñarle cómo hacerlo también. El anciano sonrió y asintió con la cabeza. "Claro que sí, joven", dijo.

"Pero primero debes saber que para volar un avión, no basta solo con construirlo". Bautista frunció el ceño confundido. "¿Qué quieres decir?", preguntó. "Quiero decir que para ser un buen piloto, necesitas mucho más que solo saber cómo volar", explicó el anciano.

"Necesitas tener disciplina, perseverancia y sobre todo, mucha paciencia". Bautista asintió con la cabeza mientras escuchaba atentamente las palabras del anciano. "Ahora bien", continuó el anciano mientras terminaba de doblar su avión de papel.

"¿Estás listo para probar tu habilidad como piloto?"Bautista sonrió emocionado. "¡Sí!", exclamó. El anciano lanzó su avión al aire y este comenzó a volar sin problemas hasta caer suavemente en el pasto del parque.

"Ahora es tu turno", dijo el anciano entregándole otro pedazo de papel para hacer su propio avión. Bautista siguió cuidadosamente las instrucciones del hombre sabio y finalmente hizo su primer intento de vuelo... pero falló miserablemente. "No te preocupes, joven", dijo el anciano.

"Todos los pilotos cometen errores en su primer vuelo". Bautista siguió practicando y después de varios intentos logró hacer volar su avión sin problemas. "¡Lo logré!", exclamó Bautista emocionado. "¡Muy bien, joven!", dijo el anciano sonriendo. "Ahora recuerda que este es solo el principio.

Si quieres ser un gran piloto algún día, debes seguir practicando y nunca rendirte". Bautista asintió con la cabeza mientras se despedía del anciano. A partir de ese día, Bautista siguió practicando y mejorando sus habilidades como piloto.

Con el tiempo, logró convertirse en uno de los mejores pilotos de su ciudad y cumplió su sueño de volar en un avión real.

Gracias a la sabiduría del anciano, aprendió una valiosa lección: que para alcanzar nuestros sueños es necesario tener perseverancia y paciencia. Y así fue como Bautista descubrió que no hay nada imposible si trabajamos duro y creemos en nosotros mismos.

FIN.

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