Un viaje a los orígenes



Era una mañana brillante en la ciudad de Buenos Aires cuando Santiago recibió un mensaje de Victoria. Había conocido a Victoria en una feria de libros, y desde ese momento él supo que había algo especial en ella.

"¿Te gustaría viajar a España conmigo? Quiero mostrarte los pueblos de mis antepasados" - le propuso Victoria con una sonrisa brillante en su rostro.

Santiago no pudo contener la emoción y aceptó sin dudarlo. En poco tiempo, hicieron las valijas y se embarcaron en una aventura que cambiaría sus vidas para siempre.

Al llegar a España, lo primero que notaron fue el aire fresco y la calidez de la gente. Victoria, con su entusiasmo, le mostró a Santiago cada rincón de su herencia. Pasearon por pintorescos pueblos como Cebolla, donde la abuela de Victoria nació.

"Aquí, mi abuela solía contarme historias de su infancia" - dijo Victoria, tomando la mano de Santiago mientras caminaban.

Santiago, al escuchar esas historias, no podía evitar transformarse. Empezó a abrirse con ella, compartiendo momentos de su infancia que había guardado en el fondo de su corazón.

"Cuando era pequeño, solía tener un perro llamado Lucho. Era mi mejor amigo. Siempre corríamos juntos por el parque" - confesó Santiago.

"¡Qué hermoso! A veces los mejores amigos tienen patas y hocicos" - rió Victoria.

Con cada pueblo que visitaban, su relación iba creciendo. Degustaban las comidas típicas, escuchaban las leyendas locales y bailaban al son de la música española. Pero en un giro inesperado, un día, mientras recorrían un mercado en un pueblo llamado Ronda, Santiago se dio cuenta de que había olvidado su mochila en el tren. En ella estaban sus pasaportes y documentos importantes.

"¡No! Mi mochila... ¿Qué hacemos ahora?" - se preocupó Santiago.

"No te preocupes, juntos encontraremos una solución. ¡Vamos!" - le dijo Victoria, con determinación.

Esa fue la primera prueba en su aventura. Juntos, comenzaron a preguntar a los vendedores del mercado sobre el tren. Con el apoyo mutuo, lograron llegar a la estación y, después de hablar con el encargado, descubrieron que la mochila había sido encontrada por un pasajero.

"Gracias a tu valentía, lo conseguimos" - dijo Santiago, aliviado.

Durante el camino de regreso, Victoria tomó la iniciativa de preparar una sorpresa. En la terraza de un antiguo castillo, con vistas al atardecer, colocó una mantita y su merienda favorita: tortillas españolas y frutas frescas. Santiago no podía creer que ella supiera lo que más le gustaba.

"¿Cómo lo sabías?" - preguntó, con los ojos iluminados.

"Te escuché hablar de eso una vez. Lo que más me gusta de ti es que siempre llevas una sonrisa, incluso cuando las cosas se complican" - le respondió Victoria.

Con lo que parecía un simple almuerzo, crearon un recuerdo imborrable. Santiago tomó valor, y en un instante de sinceridad, le confesó a Victoria lo que sentía.

"Victoria, me haces sentir como si cada día pudiera ser una aventura. Te quiero".

"Y yo a vos, Santiago" - contestó, sonrojándose ligeramente.

Así, el vínculo que habían formado los llevó a cada rincón de España. Pero a medida que se acercaba el final de su viaje, la tristeza comenzaba a hacer eco en sus corazones.

"¿Qué pasará cuando volvamos a Buenos Aires?" - le preguntó Santiago una noche mientras miraban las estrellas.

"Podemos seguir explorando juntos. La aventura no termina al viajar, sino que comienza aquí mismo" - respondió Victoria, iluminando la noche con su optimismo.

Finalmente, al regresar, Santiago se dio cuenta de que su vida había cambiado. No solo había encontrado amor, sino también una conexión profunda con su propia historia. Juntos, acordaron continuar explorando no solo los pueblos de sus antepasados, sino también empujarse a descubrir el mundo y crear nuevas aventuras,

Así, decidieron que la vida reseñaría su historia a través de una serie de viajes y descubrimientos, aprendiendo siempre de cada paso que daban juntos.

"Esto es solo el comienzo, Santiago. ¡Te espero para la próxima aventura!" - dijo Victoria, con una gran sonrisa.

Santiago sabía que con ella a su lado, no había límites a lo que podrían explorar. Y así, con corazones llenos de amor y sueños por descubrir, comenzaron una nueva aventura, en la vida y el amor, siempre juntos.

FIN.

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