Un Viaje a París



Mariana era una nena de 10 años que vivía en un pequeño barrio de Buenos Aires. Desde que había visto una película sobre París, su corazón se había llenado de imágenes de la Torre Eiffel, los baguettes, y los hermosos jardines de Luxemburgo. Soñaba con saltar en las calles empedradas y vivir una aventura mágica en la Ciudad de la Luz.

Un día, mientras estaba en la escuela, su maestra, la señorita Rita, anunció un concurso de dibujo sobre 'El lugar que más te gustaría visitar'. "Niños, el primer premio es un viaje a un destino de su elección con un acompañante. ¡Aprovechen esta oportunidad!"-

Mariana se emocionó y pensó que si podía ganar el concurso, podría ir a París. Pasó horas dibujando, creando una obra llena de colores y detalles de cómo imaginaba la ciudad. Sus amigos, Mateo y Lucía, también se ilusionaron con el concurso y decidieron unirse a ella, formando un pequeño equipo.

"Vamos a trabajar juntos, Mariana. Podemos hacer un gran mural y presentarlo en el concurso"- dijo Mateo, entusiasmado.

Los tres comenzaron a trabajar, pero a medida que se acercaba la fecha del concurso, Mariana comenzó a dudar de sí misma.

"No sé si mi dibujo es lo suficientemente bueno. A veces pienso, ¿y si no gano?"- confesó Mariana.

Lucía le sonrió y le dijo: "Lo importante no es solo ganar, sino disfrutar el proceso y aprender algo nuevo. ¡Tú puedes hacerlo!"-

A medida que dibujaban, Mariana también aprendía más sobre París. Se interesó por la historia de la ciudad: la Revolución Francesa, los grandes artistas que la habían inspirado y la belleza de sus monumentos. Así, no solo esperó contar con un dibujo excelente, sino también traer un poco de París a su vida.

En el día de la presentación, el aula se llenó de dibujos de distintos destinos: playas, montañas y ciudades. Cuando llegó el turno de Mariana, respiró hondo y, tras una pequeña sonrisa, comenzó a explicar su mural.

"Este es mi sueño de viajar a París. Quiero ver la Torre Eiffel y comer baguettes. Paris es la ciudad de los artistas y la cultura. Es un lugar lleno de magia"- compartió con confianza.

Los jueces estaban cautivados por su entusiasmo y creatividad. Finalmente, el día del anuncio llegó. El jurado empezó a declarar a los ganadores.

"Y el primer premio va para… Mariana!"- exclamó la señorita Rita con su voz emocionada. Mariana no podía creerlo, ¡había ganado! Saltó de alegría y sus amigos la abrazaron. "¡Lo logramos!"-

Sin embargo, había un giro inesperado. A pocos días de su viaje, sus padres le dijeron que no podrían acompañarla porque tenían compromisos laborales. Mariana se sintió triste, pero decidió que aún podía hacer algo especial.

"Voy a ir a París sola, y haré amigos nuevos, ¡y quizás me encuentre con un artista!"- pensó con determinación.

El día del viaje llegó y Mariana se subió al avión con el corazón palpitante. Al aterrizar, se perdió un poco, pero al final encontró su camino hacia la Torre Eiffel. Fue allí donde conoció a un pintor callejero que la invitó a pintar con él.

"¿Te gustaría intentarlo?"- le preguntó el artista.

Mariana no podía creerlo; ¡estaba pintando en el mismo lugar donde solía soñar! Se olvidó del miedo y se dejó llevar por la magia de la ciudad. Mariana pintó y pintó, y cuando terminó, el artista le dijo "Tienes mucho talento. Nunca dejes de soñar"-

Mariana sonrió al escucharlo. En su corazón sabía que había vivido una aventura memorable. Al volver a Buenos Aires, no solo traía postales y recuerdos, sino también el conocimiento de que los sueños pueden hacerse realidad si trabajas y te mantienes abierta a las nuevas experiencias.

De vuelta en la escuela, Mateo y Lucía la esperaban ansiosos.

"¿Cómo fue?"- preguntaron.

"¡Fue increíble! Aprendí que siempre hay algo nuevo que descubrir. Y quiero compartirlo con ustedes!"- respondió Mariana emocionada, con una mirada brillante en los ojos.

Y así, Mariana no solo cultivó su sueño, sino que también inspiró a sus amigos a seguir sus propias metas. Prometieron que trabajarían en un nuevo proyecto juntos: crear un mural en su barrio que tuviera un toque de París, un lugar donde todos pudieran soñar grande.

La historia de Mariana nos enseña que los sueños pueden ser alcanzados cuando trabajamos en ellos, aprendemos de la vida y compartimos con los demás. ¡Nunca dejes de soñar y recuerda que cada paso cuenta en este colorido viaje llamado vida!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!