Un Viaje al Maravilloso Mundo de la Alimentación



Era un soleado viernes por la mañana en el Jardín de Infantes 'Pequeños Exploradores'. Todos los chicos de dos años estaban muy emocionados porque, ¡por fin había llegado la Feria de la Alimentación! Cada aula había preparado platos especiales para la feria, y cada uno de ellos correspondía a un sentido: vista, oído, olfato, gusto y tacto.

La señorita Clara, la maestra de los más pequeños, comenzó la jornada diciendo:

"¡Buenos días, pequeños chefs! Hoy vamos a emprender una aventura sensorial con nuestra comida. Recuerden que podremos escuchar, oler, ver, probar y tocar diferentes alimentos."

Los chicos aplaudieron y gritaron emocionados:

"¡Sí! ¡Queremos comenzar!"

"Muy bien", continuó la señorita Clara, "cada grupo visitará un stand con diferentes alimentos. Comencemos por el de la vista."

Los chicos se acercaron al primer stand, donde había una explosión de colores.

"¡Miren esas frutas!", exclamó Tomi, señalando una mesa llena de fresas rojas, plátanos amarillos y kiwis verdes.

"¡Es como un arcoíris!", dijo Sofía, con los ojos bien abiertos.

"Yo quiero un kiwi", pidió Leo. Los chicos comenzaron a hablar sobre sus colores favoritos, sintiéndose fascinados con la belleza de los alimentos.

Pasaron al siguiente stand, donde un gran cartel decía "Escuchar con el estómago".

"¿Cómo se escucha la comida?", preguntó Lucas, un poco confundido.

La señorita Clara explicó:

"Aquí vamos a escuchar los sonidos de los alimentos. ¡Pongan atención!"

Les dio a cada niño un tambor miniatura para que tocaran al ritmo de la música, mientras ella sonaba una guitarra.

"¡Es una canción para las frutas!", gritó Sofía, tratando de imitar los sonidos de un zumo vertiéndose en un vaso.

Luego, llegaron a un stand donde todos podían oler diferentes alimentos.

"¡Mmm, huele rico!", comentó Tomi, al acercarse a un frasco de canela.

"¡Es como un abrazo de galletitas!", dijo Ana, sonriendo.

"Me gusta el olor a naranja", añadió Leo. Para cada aroma, los chicos compartían recuerdos de sus casas y de lo que les gustaba comer.

Cuando pensaron que no podía haber más sorpresas, llegaron a la sección de —"Probar" . En esa mesa tenía una gran variedad de frutas cortadas y algunos snacks saludables. La señorita Clara les dijo:

"Aquí, chicos, es hora de degustar. Recuerden, un bocado a la vez. ¿Qué sabores sienten?"

Tomás tomó un trozo de sandía y dijo:

"Sabe a verano". Todos rieron y estuvieron de acuerdo, disfrutando de cada bocado.

Finalmente, llegaron al stand del tacto, que tenía diferentes texturas.

"¿Qué tenemos aquí?", preguntó la señorita Clara, mostrándoles un plato lleno de granos de arroz, frijoles secos, y gelatina.

"¡Esto está suave!", gritó Sofía, pasando sus manitas por la gelatina.

"¡Y esto es muy rugoso!", dijo Tomi, sintiendo los granos de arroz.

De repente, un niño de otra clase, llamado Pablo, se acercó a ellos. Parecía un poco triste porque no podía tocar la gelatina. La señorita Clara se dio cuenta.

"Chicos, ¿por qué no le mostramos a Pablo cómo se hace?"

Los niños se reunieron y comenzaron a explicarle a Pablo cómo se hacía la gelatina, incluso le ofrecieron tocarla con ellos.

"¡Gracias, chicos! ¡Es divertido jugar juntos!", dijo Pablo, sonriendo nuevamente.

La feria cerró con una canción que invitaba a todos a celebrar la alimentación. Los chicos bailaron y cantaron, mientras aprendieron que comer saludable y compartir es muy importante.

Al final del día, la señorita Clara reunió a todos y dijo:

"Gracias por ser exploradores de los sentidos y por compartir con Pablo. Recuerden que la alimentación es un juego maravilloso. ¡Sigamos explorando juntos!"

Los chicos aplaudieron, y cada uno se llevó una pequeña bolsa con distintos alimentos para seguir disfrutando en casa.

Esa fue una jornada llena de risas, descubrimientos y, sobre todo, de mucha amistad. La Feria de la Alimentación no solo les enseñó sobre los sentidos, sino también el valor de compartir y ayudar a los demás. Todos volvieron a sus casas con el corazón lleno y ideas brillantes para seguir explorando el mundo de la alimentación.

FIN.

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