Un viaje de aceptación


Había una vez en un hermoso pueblo de la campiña argentina, un pequeño tubérculo llamado Potato. Potato vivía feliz en su huerto, rodeado de amigos como Zanahoria, Tomate y Lechuga. Sin embargo, Potato tenía un gran problema: odiaba el anime.

Cada vez que escuchaba a sus amigos hablar sobre sus series favoritas, Potato fruncía el ceño y se alejaba. Eso no le impedía querer a sus amigos, pero sentía que no podía compartir esa afición.

Un día, mientras paseaba por el mercado, Potato se encontró con un viejo libro en el suelo. Al abrirlo, descubrió un mundo mágico lleno de personajes de anime.

Al principio, sintió rechazo, pero a medida que avanzaba en la lectura, algo comenzó a cambiar dentro de él. Los personajes de anime lo hicieron reír, llorar y emocionarse. Potato se dio cuenta de que el anime no era tan malo como pensaba. Decidió hablar con sus amigos y les explicó cómo se sentía.

Para su sorpresa, descubrió que Zanahoria, Tomate y Lechuga lo entendían. Ellos también tenían gustos diferentes, pero eso no impedía que fueran amigos. De esa forma, Potato aprendió una valiosa lección: la importancia de aceptar las diferencias y aprender a disfrutarlas.

Desde entonces, Potato se convirtió en un defensor de la diversidad de gustos y todos en el huerto vivieron felices, respetando las preferencias de cada uno.

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