Un Viaje de Valor
Era una fría mañana en el Valle de Hielos Eternos, donde la Hermandad de Hielo, un grupo valiente y unido de aventureros, se reunía para afrontar la nueva misión. Nolan, el líder paladín, miraba al horizonte con determinación.
"Hoy es el día, amigos. Debemos recuperar la gema del hielo que ha sido robada por el malvado dragón Glaciath. Sin ella, el valle seguirá sumido en el frío eterno."
Forwen, el segundo líder y astuto pícaro, respondió:
"Soy el mejor en infiltrarme, pero necesitaré algo más que astucia para enfrentarlo."
Mikami, el paladín con un gran sentido de justicia, sonrió:
"Cuenten conmigo. Un dragoncito no nos detendrá."
Maruko, el cazador con una puntería excepcional, agregó:
"Además, tengo un par de trampas que podrían ayudar a distraer al dragón."
Jym, el novato, que siempre había soñado con ser un héroe, interrumpió con un poco de nerviosismo:
"Pero, ¿y si no logramos vencerlo?"
Nolan se agachó y le miró a los ojos:
"La valentía no es la ausencia de miedo, Jym. Es hacer lo correcto a pesar de tener miedo. Estamos juntos en esto."
La Hermandad partió hacia la Montaña Helada donde Glaciath tenía su guarida. Por el camino, comenzaron a compartir historias para distraer su mente del frío.
Forwen, mientras caminaban, dijo:
"Una vez, me colé en el palacio de un rey. Djunté oro y joyas, pero al final, decidí devolver todo. ¡El verdadero tesoro es la amistad!"
Maruko asintió:
"Eso es cierto, Forwen. Si no tuviéramos este equipo, quizás la gema no sería lo único perdido aquí."
Finalmente, llegaron a la cueva del dragón. Maruko activó una trampa mientras el grupo se acercaba sigilosamente. Glaciath, un dragón enorme con escamas brillantes como el hielo, se despertó y comenzó a rugir.
"¿Quién osas entrar a mi territorio?"
Nolan dio un paso al frente:
"Venimos por la gema del hielo que robaste. Queremos que nuestro valle vuelva a florecer."
El dragón rió estruendosamente:
"¿Creen que con palabras me detendrán? Yo soy el señor del hielo. ¡Vengan a atacarme, si se atreven!"
Forwen rápidamente se deslizó detrás del dragón, tratando de encontrar una forma de atraparlo. Mientras tanto, Mikami se levantó y, armándose de valor, se unió a Nolan en el frente.
"No podemos dejar que el miedo nos detenga, amigos. ¡Juntos podemos!"
Con un plan en mente, Maruko activó su trampa, haciendo que el dragón se distrajera justo cuando Forwen logró escabullirse y desactivar su escudo.
"Ahora, Jym, es tu momento. ¡Usa el frasco de luz!"
Jym, que había estado temiendo este momento, sintió un torrente de confianza. Sacó el frasco y lanzó luz brillante hacia el dragón, quien se cubrió los ojos, confundido.
"¿Qué es esto?" gritó Glaciath.
Aprovechando la oportunidad, el grupo se unió en un ataque, combinando sus habilidades en perfecta armonía. Con un golpe final, Nolan asestó el golpe que desarmó al dragón, mientras Mikami lo golpeaba con su espada y Maruko lo mantenía distraído con sus flechas.
Finalmente, Glaciath, vencido por la valentía del grupo, decidió retirarse.
"¡Está bien, está bien! La gema está en la trampa, tómala. Pero no piensen que es el final. Siempre habrá pruebas."
La Hermandad recuperó la gema del hielo y, al regresar al valle, recibió una cálida bienvenida. Jym, ahora más confiado, sonrió al mirar a sus amigos.
"¡Lo logramos!"
Nolan puso la mano en el hombro de Jym:
"Sí, y aprendimos que la amistad y el valor nos guían en las batallas. Recuerden, el verdadero poder viene de trabajar juntos."
Desde entonces, la Hermandad de Hielo continuó protegiendo el valle, siempre listos para enfrentar nuevos desafíos, pero sabiendo que el trabajo en equipo y el apoyo mutuo eran su mayor tesoro.
FIN.