Un Viaje de Valor
Érase una vez en un colorido bosque mágico, un unicornio llamado Lila. A diferencia de los demás unicornios, Lila no tenía alas. Se sentía triste y diferentes. Los otros unicornios solían volar alto en el cielo, mientras que ella debía contentarse con correr por la tierra.
Un día, mientras exploraba, Lila escuchó un llanto que provenía de un arbusto cercano. Al acercarse, encontró a un pequeño conejo llamado Toby, atrapado entre unas ramas.
"¡Ayuda! ¡No puedo salir!" - lloraba Toby.
Lila se sintió nerviosa. "No tengo alas para ayudarte a volar..." - dijo, preocupada. Pero, al mirarlo, se dio cuenta de que no necesitaba alas, solo valor.
"No te preocupes, Toby. Voy a ayudarte a salir" - le aseguró Lila.
Lila se puso a trabajar con todas sus fuerzas. Con delicadeza, empezó a mover las ramas y, después de un esfuerzo grande, logró liberar al pequeño conejo.
"¡Gracias, Lila! Eres muy valiente" - exclamó Toby, saltando de alegría.
A partir de ese día, Lila y Toby se volvieron grandes amigos. Juntos exploraron el bosque y vivieron divertidas aventuras. Un día, oyen un gran ruido y se dan cuenta de que una tormenta se avecina, con vientos fuertes que amenazan con destrozar las casas del bosque.
"¡Debemos ayudar a los demás!" - gritó Lila, sintiendo que era su momento de demostrar valentía otra vez.
Toby asintió. "Sí, hay que reunir a todos!" - dijo, emocionado.
Sin pensarlo dos veces, Lila corrió hacia el claro del bosque, reuniendo a los demás animales. "¡Amigos! Necesitamos proteger nuestras casas. ¡Luchemos juntos!" - exclamó con firmeza.
Los animales formaron un gran equipo. Mientras algunos acomodaban ramas para reforzar las casas, otros ayudaban a cubrir los nidos de pájaros.
"No tengo alas, pero sí mucho amor por este bosque y por ustedes," - dijo Lila, para inspirar a todos.
El viento empezó a soplar fuertemente, pero gracias al esfuerzo conjunto, lograron mantener todo en pie. La tormenta pasó, y cuando el sol salió nuevamente, el bosque estaba a salvo.
"¡Lo logramos!" - celebró Toby.
"Gracias a tu valentía, Lila" - dijo una tortuga que había estado ayudando. "Eres una verdadera líder."
Lila sonrió, su corazón se llenó de felicidad. Se dio cuenta que no necesitaba alas para ser especial; tenía amigos, valor y el poder de unir a todos.
Desde ese día, Lila ya no se sintió diferente. Supo que lo más importante era no rendirse y ayudar a los demás. Y así, el unicornio sin alas se convirtió en una leyenda en el bosque, recordada por su valentía y su gran corazón.
FIN.