Un viaje en familia



A Jhair le encantaba cuando sus tíos y primos venían a visitarlo. Siempre se divertían mucho juntos, explorando nuevos lugares y viviendo aventuras emocionantes.

Esta vez, decidieron ir de paseo a la catarata de Bayoz, un lugar hermoso pero también peligroso. El día del viaje, todos se levantaron temprano y se prepararon con entusiasmo. Empacaron comida, agua y todo lo necesario para pasar un día maravilloso en medio de la naturaleza.

Subieron al auto y partieron rumbo a la catarata. El camino hacia la catarata era largo y lleno de baches. La tierra estaba suelta y el terreno accidentado hacía que el viaje fuera bastante incómodo.

Pero eso no detuvo a Jhair y su familia, quienes estaban decididos a llegar hasta el final. Después de varias horas de camino, finalmente llegaron al punto donde debían dejar el auto e iniciar una caminata hacia la catarata.

Todos bajaron del vehículo con emoción en sus rostros. "-¡Vamos chicos! No podemos perder más tiempo", exclamó Diego, el tío aventurero de Jhair. Emely asintió con entusiasmo mientras ajustaba su mochila en su espalda. "-Estoy lista para esta gran aventura", dijo sonriendo.

Jhair miró a sus tíos y primos con alegría pero también con cierta preocupación por lo difícil que parecía ser el camino hacia la catarata. "-Chicos, recuerden que debemos tener cuidado mientras caminamos por aquí", advirtió Jhair con voz seria.

Todos asintieron y comenzaron a caminar por el sendero angosto. El sonido del agua corriendo se escuchaba cada vez más cerca, lo que les daba aún más energía para seguir adelante. El camino era empinado y estaba lleno de piedras resbaladizas.

Diego se adelantó para explorar un poco y asegurarse de que no hubiera peligros ocultos. Sin embargo, cuando llegó al borde de una pequeña colina, su pie resbaló y cayó al suelo. "-¡Ayuda!", gritó mientras intentaba levantarse.

Jhair corrió hacia él preocupado. "-¿Estás bien, tío Diego?"Diego se levantó lentamente y revisó si tenía alguna herida grave. Afortunadamente, solo había sufrido algunos raspones leves. "-Estoy bien, Jhair", respondió Diego con una sonrisa forzada.

"-Solo fue un pequeño tropiezo". Emely también se acercó a ellos para verificar que todo estuviera bien. "-Debemos tener mucho cuidado en este camino", dijo con voz temblorosa.

A pesar del susto inicial, decidieron continuar su aventura hacia la catarata de Bayoz con más precaución todavía. Caminaron despacio pero seguros, ayudándose mutuamente a sortear los obstáculos del camino.

Jhair tomaba la mano de Emely cuando veía que ella tropezaba con alguna piedra grande, mientras que Diego iba marcando el paso seguro para todos. Finalmente llegaron a la catarata y quedaron maravillados por la belleza del lugar. El agua caía desde lo alto formando un arcoíris en el aire.

Todos se sentaron en la orilla del río para descansar y disfrutar de un merecido picnic. "-A pesar de los obstáculos en el camino, logramos llegar a nuestro destino", dijo Diego con orgullo. Jhair asintió mientras mordía su sándwich. "-Fue una gran lección, tío.

A veces las cosas no son fáciles, pero si tenemos cuidado y nos apoyamos mutuamente, podemos superar cualquier desafío". Emely sonrió y agregó: "-Es verdad, Jhair. La importancia está en nunca rendirse y siempre estar dispuestos a ayudarnos unos a otros".

Así terminó ese día de aventura en la catarata de Bayoz. Jhair aprendió que la vida está llena de caminos difíciles pero emocionantes, y que con cuidado y apoyo mutuo, siempre se puede llegar al destino deseado.

Desde aquel día, cada vez que enfrentaban un nuevo desafío juntos, recordaban esa experiencia y sabían que podían superarlo juntos. Y así fue como Jhair aprendió una valiosa lección sobre la importancia del cuidado y el trabajo en equipo para alcanzar sus metas.

FIN.

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