Un viaje hacia la amistad



Había una vez un niño llamado Juan, que estaba muy emocionado por comenzar la escuela. Pero al llegar al primer día de clases, se dio cuenta de que no conocía a nadie y se sintió un poco perdido.

Juan decidió acercarse a un grupo de niños que estaban jugando en el patio.

Se les acercó tímidamente y dijo: "¡Hola! ¿Puedo jugar con ustedes?"Los niños lo miraron sorprendidos y uno de ellos respondió: "No, tú no puedes jugar con nosotros. Eres nuevo aquí". Juan se sintió triste y desanimado, pero no dejó que eso lo detuviera. Siguió buscando otras oportunidades para relacionarse con los demás niños.

Un día, durante el recreo, vio a una niña sentada sola en una banca leyendo un libro. Se acercó lentamente y le preguntó: "¿Qué estás leyendo?"La niña levantó la vista y sonrió. "Es un libro sobre aventuras increíbles", respondió ella. "Me encantan las aventuras", exclamó Juan emocionado.

"¿Puedo leer contigo?"La niña asintió y juntos comenzaron a leer historias emocionantes sobre piratas valientes y princesas valientes. A medida que pasaban los días, Juan fue ganando confianza al interactuar con otros niños en la escuela.

Ahora sabía cómo iniciar conversaciones e incluso había hecho nuevos amigos. Un día, mientras caminaba por el pasillo de la escuela, escuchó risas provenientes del salón de música. Decidió investigar qué estaba sucediendo allí.

Cuando entró al salón, vio a un grupo de niños cantando y bailando. Se acercó al maestro de música y le preguntó si podía unirse. El maestro sonrió y dijo: "¡Por supuesto! Todos son bienvenidos aquí".

Juan se unió al grupo y comenzó a cantar y bailar con entusiasmo. Descubrió que la música era una forma maravillosa de conectarse con los demás. A medida que pasaba el tiempo, Juan se convirtió en una parte activa de la escuela.

Participaba en actividades deportivas, obras de teatro escolares e incluso ayudaba a otros niños cuando tenían dificultades. Un día, mientras jugaba fútbol con sus amigos en el patio, vio a otro niño nuevo mirándolos desde lejos.

Recordando cómo se había sentido él mismo al principio, decidió acercarse y decirle: "¡Hola! ¿Quieres jugar con nosotros?"El niño nuevo pareció sorprendido pero feliz por la invitación. Asintió emocionado y pronto se unió al juego.

Juan aprendió que no importa cuántas veces lo rechacen o cuán difícil sea relacionarse con los demás, siempre hay oportunidades para hacer amigos si uno persiste y muestra amabilidad hacia los demás.

Al final del año escolar, Juan recibió un premio especial por su actitud positiva y su capacidad para hacer sentir bienvenidos a todos los niños nuevos. Desde ese día en adelante, Juan siguió siendo un niño amable y compasivo que siempre buscaba formas de relacionarse con los demás.

Y así vivieron felices juntos en esa pequeña escuela llena de amistad y alegría.

FIN.

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