Un viaje inesperado
Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires cuando Martín, un niño de diez años, salió de su casa con su mochila al hombro, listo para explorar el mundo que lo rodeaba. Siempre soñó con aventuras, pero nunca pensó que ese día se convertiría en el comienzo de una extraordinaria travesía.
Mientras caminaba por el parque, escuchó un extraño murmullo que venía de un arbusto cercano. Curioso, se acercó y vio un pequeño, pero brillante, portal azul entre las hojas.
"¿Qué será eso?" - se preguntó Martín.
Sin pensarlo dos veces, se atrevió a dar un paso adelante y cruzar el portal. En un instante, se encontró en un lugar completamente diferente: un bosque lleno de árboles de colores, animales que hablaban y flores que reían.
"¡Hola!" - gritó una ardilla roja que estaba muy cerca. "¡Bienvenido a Fantasía! Estoy Lila, la guardiana del bosque."
"¿Fantasía? ¿Y cómo llegué aquí?" - respondió Martín, asombrado.
"El portal aparece solo a quienes tienen un corazón valiente. Pero, ¿estás listo para una aventura? Hay un tesoro escondido que solo podrás encontrar si superas tres desafíos."
Martín, emocionado, aceptó de inmediato. Lila le explicó que el primer desafío era ayudar a una familia de patitos que se habían perdido en el arroyo entre los árboles de caramelo.
"¡No se preocupen! Yo los guiaré a casa" - les dijo Martín con una sonrisa.
Con mucho cuidado, llevaron a los patitos de vuelta al estanque, donde la mamá patito los esperaba emocionada. "¡Gracias, gracias!" - decían los patitos mientras chapoteaban felices.
"¡Buen trabajo!" - dijo Lila. "Ahora vamos por el segundo desafío."
El segundo desafío consistía en encontrar una flor que había perdido su color. Martín se adentró en el bosque hasta que encontró a una hermosa flor que lloraba.
"¿Por qué lloras?" - le preguntó Martín.
"He perdido mi color y no puedo sonreír sin él" - respondió la flor.
"¡No te preocupes! Vamos a buscarlo juntos" - sugirió Martín.
Después de investigar entre las hojas y hablar con otros animales, descubrieron que el color se había ido hacia una nube perdida. Martín, decidido, pidió ayuda a un pájaro carpintero que voló alto y regresó con la nube.
"Aquí tienes tu color" - dijo mientras soltaba un poco de pintura arcobaleno sobre la flor.
"¡Eres un héroe!" - exclama la flor, ahora resplandeciente.
"¡Felicidades! Ahora solo queda un último desafío" - anunció Lila.
Martín se sintió un poco nervioso, pero aceptó. La última prueba consistía en enfrentar su mayor miedo: la sombra de un gigante que rondaba el bosque. Martín sabía que tenía que ser valiente. Se acercó al gigante, que en realidad sólo era un árbol con forma extraña.
"¿Por qué te asustas, pequeño?" - preguntó el gigante sorprendido.
"Yo... pensé que eras un monstruo" - contestó Martín, un poco avergonzado.
"Soy solo un viejo árbol que busca compañía. ¡Ven y cuéntame de tus aventuras!" - dijo el gigante con una voz suave.
Martín se dio cuenta de que su miedo era sólo una ilusión. Se sentó bajo el árbol y comenzaron a hablar. Después de un rato, el gigante se convirtió en su amigo, y juntos se burlaron de la antigua sombra que había creado.
Una vez completados los desafíos, Lila apareció con una llave dorada.
"Has demostrado que eres valiente y generoso. Aquí está la llave del tesoro. ¡Atrévete a abrirlo!" - dijo Lila emocionada.
Martín usó la llave en un cofre antiguo. Al abrirlo, encontró un mapa del bosque y una brújula mágica.
"Esto te guiará en tus futuras aventuras!" - dijo Lila. "Recuerda, siempre que tengas valor y corazón, podrás enfrentarte a cualquier desafío."
Con una sonrisa gigante y un corazón lleno de alegría, Martín regresó al portal, prometiendo volver a visitar sus nuevos amigos. Al salir, se dio cuenta de que su viaje no solo había sido increíble, sino que había aprendido el verdadero valor de la amistad, la valentía y la generosidad.
Desde ese día, Martín se convirtió en un aventurero habitual, explorando y ayudando en su propio mundo. Y siempre que pasaba por el parque, se detenía a mirar el arbusto donde había encontrado el portal, recordando esa increíble experiencia que cambió su vida para siempre.
FIN.