Un viaje por el bosque de hadas
Era una mañana soleada en el pequeño pueblo de Inés, y ella estaba sentada frente a su televisor, absorta en un videojuego. Mientras tanto, en el corazón de un bosque cercano, vivía una hada ciega llamada Luna. Aunque no podía ver, su intuición era tan poderosa que podía sentir la energía de todo lo que la rodeaba. Un día, mientras se movía suavemente entre los árboles, sintió algo en el aire: una tristeza que provenía del mundo de los humanos.
"¿Qué será eso?" pensó Luna. "Alguien necesita mi ayuda". Con esa determinación, decidió salir del bosque y encontrar a quien la estaba llamando.
En el pueblo, Inés se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. Una hermosa luz brilló por la ventana, y de repente, una brisa suave la llevó al bosque. Ahí, frente a ella, estaba Luna.
"Hola, pequeña Inés" -dijo con su dulce voz-. "Soy Luna, y he venido a ayudarte. Siento que pasas mucho tiempo frente a pantallas y poco tiempo explorando el mundo real. ¿Te gustaría acompañarme a aprendar sobre la magia de la naturaleza?"
Inés, sorprendida, asintió con la cabeza. No sabía que un hada ciega podría ser tan sabia. Comenzaron a caminar juntas por el bosque, y Luna le fue contando historias de las plantas y los animales.
"Mirá a tu alrededor" -dijo Luna-. "Este lugar está lleno de vida y colores. La naturaleza es un regalo, y nuestro cuerpo también. ¿Sabías que lo que comes afecta cómo te sientes y cómo te mueves?"
"No lo sabía" -respondió Inés, intrigada.
Luna continuó: "Los alimentos ultraprocesados son como espejos rotos, no reflejan lo que realmente necesitamos para ser fuertes y felices. Frutas, verduras, granos y legumbres son los verdaderos tesoros que debemos buscar".
Cada vez que Inés escuchaba a Luna, se sentía más emocionada. De repente, apareció un grupo de hadas danzantes que jugaban alegremente entre las flores.
"¿Ves?" -dijo la hada-. "Ellas son felices porque se alimentan de lo que les ofrece la naturaleza. Y además, están siempre en movimiento, disfrutando del aire fresco".
Justo cuando Inés comenzaba a entender el mensaje, se sintió un poco angustiada, porque pensó que nunca podría dejar de jugar en su consola. Luna, sintiendo su pena, la abrazó suavemente.
"No se trata de alejarse por completo de lo que te gusta, Inés. Se trata de encontrar un equilibrio.¿Qué te parece si armamos un plan? Un día para jugar afuera, otro para los juegos de video, siempre recordando que el aire fresco y la comida saludable son nuestras aliadas".
"Me encantaría eso" -dijo Inés con una sonrisa, sintiéndose más segura.
Luna la guio a un rincón del bosque donde había un hermoso jardín lleno de zanahorias, tomates y fresas.
"Aquí, podés ver cómo crecen los alimentos. Cada bocado saludable que tomes es una porción de energía para jugar y explorar" -le explicó Luna.
Inés comenzó a tocar las plantas, a sentir su frescura, y cada vez que probaba una fresa, sonreía más. Se dio cuenta de que nunca había disfrutado de la comida de esa manera.
Más tarde, mientras se alejaban del jardín, vio a varios niños jugando al aire libre, riendo y saltando, y su corazón se llenó de alegría. "Luna, ¿podría unirme a ellos?" -preguntó.
"Por supuesto, solo recuerda que tú también debes ser parte de esa diversión" -afirmó Luna, guiándola mientras regresaban al pueblo.
Inés se unió a los niños y corrió con ellos, disfrutando de cada momento lejos de las pantallas. Luna las observaba sonriendo, sabiendo que había logrado transmitir un mensaje importante.
Al final del día, Inés se despidió de la hada ciega con un nuevo brillo en su mirada.
"Gracias, Luna. Prometo que comeré mejor y jugaré al aire libre. ¡La naturaleza es mágica!" -dijo Inés con entusiasmo.
"Recuerda, Inés, tú también eres parte de esa magia. Siempre que cuides de tu cuerpo y lo muevas por el mundo, descubrirás muchas más maravillas a tu alrededor" -respondió Luna, antes de perderse en el bosque.
Desde ese día, Inés comenzó a explorar el mundo real, y su vida se llenó de aventuras, buena comida y amigos disfrutando del aire fresco. El bosque de hadas se volvió su refugio y la magia de la naturaleza su mejor amiga.
FIN.