Un Viaje por el Perú
Una mañana brillante, la pequeña Eliana estaba en su casa en una ciudad del Perú, esperando ansiosa a que pasara su amigo Pachacutec, un joven inca que, de alguna manera mágica, siempre aparecía justo a tiempo.
"¡Eliana!" - gritó Pachacutec al llegar, con su vestimenta tradicional y una gran sonrisa. "Tengo una idea increíble para hoy. Vamos a recorrer las regiones del Perú y descubrir sus maravillas."
"¡Genial! Pero, ¿cómo vamos a hacer eso?" - preguntó Eliana, con curiosidad.
"Usaremos mi collar mágico. Nos llevará a cada región, ¡así que prepárate!" - dijo Pachacutec mientras movía el collar. En un instante, una luz brillante los envolvió y, ¡zas! , se encontraron en la mágica región de Cusco.
"Aquí estuvo la gran ciudad de los incas. ¡Mira! Las ruinas de Sacsayhuamán son impresionantes" - exclamó Pachacutec.
"¡Es asombroso!" - dijo Eliana, mirando la majestuosa construcción de piedras grandes.
Después de explorar Cusco, el collar brilló nuevamente y, de repente, apareció en la costa del Perú, en la región de Piura.
"Ahora estamos en Piura, ¡la tierra de los mejores mangos!" - dijo Pachacutec, corrigiendo su sombrero. "¿Te gustaría probar uno?"
"¡Sí!" - respondió Eliana, saboreando la dulzura de la fruta.
"Los piuranos son muy cálidos y alegres, como este mango. La Bondad del pueblo es notable, siempre reciben a los visitantes con una sonrisa y la mejor comida" - continuó Pachacutec.
Pero de repente, el collar empezó a brillar intensamente, y los llevó a la región de Ayacucho, conocida por sus bellas tradiciones.
"¡Ayacucho! Aquí se celebran las mejores fiestas de Semana Santa y está lleno de artesanos talentosos" - indicó Pachacutec. "¡Mira esos hermosos retablos!"
Eliana estuvo fascinada, y recordó su abuela contándole sobre la belleza de las festividades. Justo en ese momento, un anciano artesano se le acercó.
"¿Qué están haciendo, jóvenes?" - preguntó.
"Estamos viajando por las regiones del Perú para aprender sobre cada una" - dijo Eliana.
El anciano sonrió. "La cultura de Ayacucho es rica y llena de historias. Siempre recuerda que el arte une a las personas, así como la música".
Después de agradecerle, el collar brilló de nuevo, y viajaron rápidamente hacia la región de la Selva, a Loreto.
"¡Qué maravilla, Pachacutec! Todo es tan verde y lleno de vida aquí. ¿Escuchas esos ruidos?" - se maravilló Eliana.
"Eso son los sonidos de la selva. Muchos animales viven aquí. Las comunidades indígenas cuidan del bosque y de los ríos" - explicó Pachacutec, observando los árboles altos. "¡Es una de las áreas más biodiversas del mundo!"
Mientras exploraban, de repente, un loro de colores vibrantes voló cerca de ellos.
"¡Qué bonito!" - gritó Eliana mientras el loro tomaba su atención y volaba entre los árboles.
Pero al poco tiempo, el collar les llevó a la fría y majestuosa región de Puno.
"Ahora estamos en Puno, hogar del Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo" - dijo Pachacutec.
Eliana miró maravillada al lago que reflejaba el cielo.
"¡Es increíble! ¿Podemos navegar en una de esas embarcaciones de totora?" - preguntó.
"¡Claro! Vamos a conocer a los Uros que viven aquí" - respondió.
Se subieron a una balsa hecha de totora y, junto con un grupo de Uros, aprendieron sobre sus costumbres.
"Nosotros cuidamos de este lago, y a él debemos nuestro hogar" - decía uno de los hombres del lugar.
Eliana se dio cuenta de lo importante que era cuidar de la naturaleza y respetar a las comunidades.
Tras un día lleno de aventuras y aprendizajes, el collar comenzó a brillar nuevamente, llevándolos de regreso a casa.
"Hoy aprendí tanto sobre el Perú, Pachacutec. Cada región tiene su propia historia y belleza" - dijo Eliana, mientras se despidieron.
"Así es. Siempre recuerda que la unidad en la diversidad es lo que hace especial a nuestro país" - respondió Pachacutec sonriendo.
Desde aquel día, Eliana y Pachacutec se comprometieron a cuidar y compartir lo que habían aprendido, inspirando a otros a conocer y respetar cada rincón del Perú, un país lleno de riqueza cultural y natural. En su corazón, sabían que cada visita, cada historia y cada rincón, los había unido más que nunca.
Y así, Eliana y Pachacutec continuaron su amistad, listos para nuevas aventuras en el futuro.
FIN.