Un Viaje por las Estaciones
Era una vez, en un pequeño pueblo, cuatro amigas muy especiales: Primavera, Verano, Otoño e Invierno. Cada una de ellas tenía su propio encanto y también su propia forma de ayudar a la naturaleza.
Un día, mientras jugaban en el parque, Primavera dijo emocionada:
"¡Chicas, se acerca mi turno! ¡No puedo esperar a ver cómo todo florece y se llena de colores!"
Verano, con su risa brillante, agregó:
"¡Uh, sí! Me encanta cuando la gente viene a la playa a tomar sol y yo puedo mostrar mis mejores días cálidos."
Otoño, que tenía una suave brisa alrededor, las miró con nostalgia.
"A mí me gusta ver cómo las hojas cambian de color y caen de los árboles. Es como si la naturaleza se estuviera preparando para descansar."
Invierno, con su bufanda tejida a mano, sonrió y dijo:
"Y, por supuesto, no olvidemos la magia de la nieve. ¡Es un momento perfecto para jugar y hacer muñecos de nieve!"
Las chicas compartían historias sobre lo que más les gustaba hacer durante su temporada. Pero un día, comenzaron a discutir sobre cuál de ellas era la mejor estación.
"¡Yo soy la más hermosa!" dijo Primavera, mostrando a las flores y mariposas que empezaban a brotar.
"No, soy yo la mejor, ¡con mis días soleados y mis noches llenas de estrellas!" respondió Verano, levantando una paleta de helado.
"Pero mis colores son los más bonitos, como el dorado y el rojo de las hojas!" terció Otoño, haciendo volar algunas hojas al aire.
"¿Y qué hay de mí? ¡Que traigo la alegría de la nieve y las fiestas familiares!" dijo Invierno, cruzando los brazos.
Mientras discutían, un pequeño pajarito llamado Pipo se acercó volando.
"¿Por qué pelean?" les preguntó.
"Estamos tratando de decidir quién es la mejor estación de todas!" explicó Primavera.
Pipo reflexionó por un momento.
"Chicas, cada una de ustedes es única y especial. Primavera trajo la vida, Verano el calor, Otoño los colores y Invierno la magia. ¡Sin ustedes, el año no sería completo!"
Las amigas se miraron, y poco a poco comenzaron a sonreír.
"Tenés razón, Pipo. ¡Nos necesitamos todas!" dijo Verano.
"Y cada estación tiene su propia belleza. ¡Siempre podemos aprender y disfrutar de lo que cada una trae!" añadió Otoño.
Cada una decidió que, en lugar de competir, celebrarían juntas lo que las hacía diferentes. Con Pipo como su nuevo amigo, se comprometieron a ayudarse entre sí y a hacer del año un ciclo lleno de aventuras en conjunto.
Así, cuando llegó el siguiente ciclo de estaciones, las cuatro amigas trabajaron en equipo:
Primavera pintando flores, Verano organizando juegos acuáticos, Otoño compartiendo su cosecha y preparando dulces de manzana, e Invierno trayendo nieve para hacer más juegos.
Y así, en el pequeño pueblo, no había una mejor estación, sino un año lleno de colores, risas y alegría gracias a las cuatro amigas, que aprendieron que la diversidad era su mayor tesoro.
Fin.
FIN.