Un Vuelo hacia la Verdad



En un colorido bosque, lleno de árboles altos y flores brillantes, vivían una chinita llamada Lila y una abeja llamada Bibi. Eran las mejores amigas y pasaban los días jugando y explorando el bosque juntas. Sin embargo, un día, ocurrió algo que cambiaría su amistad para siempre.

Todo comenzó cuando Lila, emocionada, decidió hacer una fiesta de té para celebrar el día soleado. Pero al preparar la invitación, se dio cuenta de que no podría invitar a todas las criaturas del bosque, ya que su casa era pequeña. Así que, sin quererlo, dejó fuera a su amiga Bibi, pensando que a la abeja no le importaría.

Cuando Bibi, que siempre estaba atenta a lo que hacía su amiga, vio la fiesta desde lejos, se sintió muy triste y decepcionada.

"Pero... ¿Por qué no me invitó?", zumbó Bibi mientras volaba alrededor de la casa de Lila.

Esa noche, Lila se sintió culpable, pero decidió seguir adelante y no decirle nada a Bibi. Al día siguiente, Lila fue a buscar a Bibi, pero la abeja estaba molesta y no quería hablar.

"Te vi tener tu fiesta y no me invitaste", dijo Bibi, mirando hacia otro lado.

"Lo sé, no debí hacerlo", respondió Lila. "Pero... no quería herirte, pensé que lo entenderías."

Bibi suspiró. "Entender, sí. Pero el hecho de que no me dijiste la verdad duele más que no estar invitada a tu fiesta."

Así, las amigas comenzaron a distanciarse. Lila comenzó a sentirse sola y se dio cuenta de que no solo había perdido a Bibi, sino también parte de sí misma. Los días pasaron y Lila, llena de remordimiento, decidió que era hora de hacer algo al respecto.

Una mañana, mientras caminaba por el bosque, Lila vio a Bibi en una flor, recolectando polen.

"Bibi...", dijo Lila con voz temblorosa. "¿Podríamos hablar?"

Bibi alzó la vista, la miró con desconfianza, pero asintió. Se posó en una hoja cerca de Lila.

"Voy a ser sincera, me duele que no me hayas invitado y que no me digas la verdad sobre el porqué", dijo Bibi.

"Yo también estoy herida", empezó Lila, y las lágrimas empezaron a brotar. "Tenía miedo de perderte, y por eso decidí esconder la verdad. Estoy muy arrepentida de no haber sido honesta contigo."

Bibi se sintió sorprendida, tocada por la sinceridad de Lila. "Yo también debería haber hablado contigo en vez de simplemente enojarme", admitió la abeja. "¿Podemos dejar atrás este malentendido?"

Lila sonrió con alivio. "Me encantaría. Aprendí que la verdad es mucho más importante que cualquier fiesta."

Las dos amigas se abrazaron y decidieron hacer una nueva fiesta, esta vez juntas y con todas las criaturas del bosque. Prepararon una gran mesa con flores, miel y el mejor té, invitando a todos sus amigos.

El día de la fiesta, el bosque se llenó de risas y alegría.

"¡Esto es lo mejor!", exclamó Lila, sintiendo que su amistad era más fuerte que nunca.

"La verdad nos unió", dijo Bibi, disfrutando de cada momento.

Y así, en el corazón del bosque, Lila y Bibi aprendieron que la amistad se construye sobre la honestidad y que siempre vale la pena decir la verdad, no importa lo difícil que sea.

Desde entonces, nunca más dejaron que los malentendidos se interpusieran en su camino, y siempre se recordaron que la comunicación y la verdad son los pilares de una verdadera amistad.

FIN.

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