Una amistad creativa



Había una vez en un escritorio de una escuela dos amigos muy especiales: un lápiz y una goma de borrar. El lápiz era alto, delgado y siempre estaba lleno de ideas creativas.

La goma, en cambio, era pequeña, redonda y siempre estaba lista para corregir cualquier error que el lápiz pudiera cometer.

Un día, mientras trabajaban juntos en un dibujo para la clase de arte, el lápiz le dijo a la goma: "Creo que yo soy más importante que tú. Sin mí, no se podría hacer ningún dibujo". La goma sonrió y le respondió: "Es cierto que tú eres quien pone las ideas sobre el papel, pero sin mí, esos errores quedarían ahí para siempre".

El lápiz se sintió un poco molesto por la respuesta de la goma y decidió hacerle una broma. Mientras ella no miraba, dibujó una gran mancha en el dibujo que estaban haciendo juntos.

Cuando la goma se dio cuenta, exclamó sorprendida: "¡Oh no! ¿Qué has hecho?". —"Jajaja" , se rió el lápiz. "¿Ves? Sin ti no podrías corregir mis errores". La goma suspiró y con paciencia comenzó a borrar la mancha del dibujo hasta dejarlo impecable.

Luego miró al lápiz y le dijo: "Es cierto que sin ti las ideas no tomarían forma, pero sin mí esos errores quedarían marcados para siempre".

El lápiz reflexionó sobre las palabras de su amiga la goma y comprendió lo importante que era trabajar juntos en armonía. A partir de ese día, valoraron aún más su amistad y aprendieron a apoyarse mutuamente en cada proyecto que emprendían.

Así, el lápiz entendió que tanto él como la goma eran igualmente importantes en su trabajo conjunto. Y juntos demostraron que cuando dos personas con habilidades diferentes se unen, pueden lograr grandes cosas.

Desde entonces, el lápiz y la goma fueron reconocidos como el dúo perfecto en el escritorio de esa escuela, inspirando a todos a trabajar en equipo y valorar las fortalezas únicas de cada uno. Y colorín colorado este cuento ha terminado con una gran lección enseñada por estos dos inseparables amigos del material escolar.

FIN.

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