Una amistad de movimientos lentos y rápidos



Había una vez en un hermoso jardín una tortuga llamada Tita y un perrito llamado Toby.

Tita era muy tranquila, le encantaba pasear por el jardín y disfrutar del sol, mientras que Toby era un torbellino de energía, siempre corriendo de un lado a otro. Al principio, parecía imposible que estos dos animales tan diferentes pudieran ser amigos. Pero un día, Toby se detuvo para observar a la curiosa tortuga, y en lugar de correr, decidió acercarse a ella.

-Hola, Tita, ¿qué haces tan despacio? -preguntó Toby con curiosidad. -Hola, Toby, estoy disfrutando de la calma y la paz del jardín -respondió Tita con una sonrisa. Así comenzó la hermosa amistad entre Tita y Toby.

Aunque al principio pensaron que sería difícil ser amigos debido a sus diferencias, descubrieron que cada uno tenía algo que el otro necesitaba.

Toby ayudaba a Tita a animarse y moverse más rápido, mientras que Tita enseñaba a Toby a apreciar la tranquilidad y a tomarse las cosas con calma. Juntos vivieron muchas aventuras, siempre apoyándose y aprendiendo el uno del otro. Un día, el jardín fue invadido por unos traviesos conejos que causaron un alboroto.

Tita, con su movimientos lentos, ideó un plan para atrapar a los conejos, mientras que Toby, con su rapidez, los persiguió y mantuvo ocupados. Trabajaron juntos y lograron devolver la paz al jardín.

Desde entonces, todos en el jardín supieron que la amistad entre un perrito y una tortuga era una verdadera lección de cooperación y amistad. Tita y Toby demostraron que las diferencias no son un obstáculo, sino una oportunidad para aprender y crecer juntos.

Y así, la amistad entre la tortuga y el perrito se convirtió en un ejemplo para todos en el jardín.

FIN.

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