Una amistad inesperada
En un hermoso jardín, vivía una máquina de chicle llamada Rico. Rico siempre estaba lleno de chicles deliciosos y coloridos, listos para alegrar el día de cualquiera que los probara.
Justo al lado de Rico, crecía un cactus espinoso llamado Spike. Spike era un cactus arisco y no le gustaba que se acercaran a él. Un día, Rico se acercó a saludar a Spike. - ¡Hola, Spike! ¿Cómo estás hoy? - dijo Rico con entusiasmo.
Spike, molesto, respondió - ¡Déjame en paz, máquina de chicles! No tengo tiempo para tonterías. Rico se sintió triste por la respuesta de Spike, pero decidió no rendirse. Todos los días, Rico volvía a hablar con Spike, intentando entablar una conversación.
Por su parte, Spike, a pesar de su mal carácter, comenzó a apreciar el constante interés de Rico por hacer amistad. Un día, el jardín enfrentó una crisis inesperada: una plaga de babosas invadió el jardín, amenazando con devorar todas las plantas.
Spike se encontró en peligro, ya que las babosas adoraban devorar cactus. Rico, sin dudarlo, activó su mecanismo y comenzó a lanzar chicles pegajosos a las babosas, impidiéndoles moverse. Spike, asombrado por la valentía de Rico, decidió unirse a la lucha.
Con sus afiladas espinas, logró detener a las babosas que se acercaban a él. Juntos, Rico y Spike salvaron el jardín. A partir de ese momento, Rico y Spike se convirtieron en grandes amigos.
Spike aprendió a apreciar la amabilidad de Rico, y Rico valoró la valentía de Spike. Ambos descubrieron que, a pesar de sus diferencias, podían complementarse y ayudarse mutuamente.
Desde entonces, Rico y Spike vivieron muchas aventuras juntos, demostrando que la amistad puede surgir en los lugares más inesperados.
FIN.