Una Amistad Inesperada



En una hermosa pradera, vivían un perro llamado Tobby y un gato llamado Luna. Tobby era un perro juguetón y afectuoso, mientras que Luna era una gata curiosa y astuta. Por otro lado, en el bosque cercano, había un conejo solitario llamado Saltarín. Saltarín era tímido pero amable, y siempre estaba buscando amigos.

Un día, Tobby y Luna decidieron explorar el bosque, y fue allí donde se encontraron con Saltarín. Al principio, Saltarín estaba nervioso al ver a un perro y un gato juntos, pero Tobby y Luna inmediatamente le aseguraron que eran amigables y solo querían hacer nuevos amigos. Poco a poco, Saltarín se relajó y comenzaron a hablar. Descubrieron que tenían mucho en común a pesar de sus diferencias.

"- Sabías que los conejos pueden correr muy rápido? - dijo Saltarín con entusiasmo.

- Sí, pero nosotros los perros somos muy buenos en cazar y proteger a nuestros amigos. - respondió Tobby con orgullo.

- Y yo, como gato, soy muy ágil y astuto. - agregó Luna.

Estas conversaciones se convirtieron en encuentros regulares en el bosque. Tobby, Luna y Saltarín disfrutaban de las historias y los juegos que compartían juntos. A medida que pasaba el tiempo, la amistad entre ellos se fortalecía.

Un día, mientras exploraban una cueva en el bosque, escucharon sonidos extraños provenientes del interior. Temerosos pero decididos, se adentraron en la cueva y descubrieron que un pajarito estaba atrapado entre las rocas. Sin dudarlo, Tobby, Luna y Saltarín trabajaron juntos para liberar al pajarito y llevarlo de vuelta a su nido. El pajarito y su familia quedaron tan agradecidos que decidieron unirse al círculo de amigos. Desde ese día, se convirtieron en un grupo inseparable, ayudándose mutuamente y disfrutando de la hermosa amistad que habían construido.

- La amistad no conoce fronteras ni diferencias, solo importa lo que llevamos en el corazón. - dijo Saltarín con una sonrisa.

- Exactamente, somos diferentes, pero juntos hacemos un equipo increíble. - agregó Luna con alegría.

- Y siempre estaremos allí el uno para el otro. - concluyó Tobby con cariño.

Y así, Tobby, Luna, Saltarín y los pajaritos siguieron viviendo aventuras, demostrando que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo y enriquecer nuestras vidas.

FIN.

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