Una Amistad Inesperada



Había una vez, en un reino lejano, un valiente caballero llamado Diego. Diego era conocido por su destreza en la batalla y su noble corazón. Un día, mientras cabalgaba por el bosque, se encontró con un temible dragón llamado Ezequiel.

El caballero sacó su espada, preparado para el combate, pero para su sorpresa, el dragón no mostraba intenciones de atacar. -¡Alto ahí, dragón! ¿Por qué no atacas? -le preguntó Diego, desconcertado. -No soy un dragón malvado, soy un dragón amistoso.

No todos los dragones son iguales, ¿sabes? -respondió Ezequiel con una sonrisa amigable. Diego se quedó perplejo. Nunca antes había conocido a un dragón amigable.

Después de conversar un rato, Diego y Ezequiel se dieron cuenta de que tenían mucho en común. Ambos disfrutaban de las aventuras y querían lo mejor para su reino. Decidieron unir fuerzas y buscar juntos maneras de ayudar a los habitantes del reino.

Juntos, el caballero y el dragón resolvieron problemas, defendieron al reino de peligros y se ganaron el cariño de todos. Pronto, la gente comenzó a darse cuenta de que la amistad entre un caballero y un dragón era algo maravilloso y se unieron para ayudar en todas las tareas de su reino.

Diego y Ezequiel enseñaron a todos que la verdadera valentía no solo reside en la fuerza, sino en la amistad, la comprensión y el trabajo en equipo.

FIN.

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