Una Amistad Inesperada
En un bosque lleno de árboles frondosos y coloridas flores, vivía un pequeño zorro llamado Frankie. Era conocido por su astucia y por jugarles bromas a los animales del lugar. Un día, Frankie decidió que era hora de hacer una nueva travesura. Se fijó en un cuervo llamado Roco, que era un gran narrador de historias.
Era un día radiante cuando Frankie, con su sonrisa pícara, se acercó sigilosamente detrás de Roco, que estaba en una rama, contando historias a un grupo de conejos.
"¡Hoy le voy a dar una lección a ese cuervo!", pensó Frankie mientras se acercaba.
Con un salto rápido y sin pensarlo dos veces, Frankie le dio una patada en el trasero al cuervo.
"¡Ay!" -gritó Roco, mientras perdía el equilibrio y caía al suelo.
Los conejos, sorprendidos, empezaron a reírse. Pero Frankie, en vez de sentirse orgulloso, se dio cuenta de que había ido demasiado lejos.
"¡Qué gracioso, Frankie!" -se burla uno de los conejos. "Aunque creo que Roco no está tan contento."
Roco, algo enojado pero como siempre elegante, se sacudió el polvo del plumaje.
"¿Por qué haces eso, Frankie?" -preguntó, con su voz grave. "Nunca he hecho nada que merezca una traición así."
Frankie, sintiéndose culpable, no supo qué responder. En su corazón, quería que todos lo quisieran y se rieran de sus bromas, pero esa vez había ido demasiado lejos.
"Lo siento, Roco. No debí hacerlo. Quería hacerte reír, pero veamos cómo puedo arreglar esto" -dijo mientras sus patas temblaban un poco.
Roco, con un aire de sabiduría, le respondió:
"A veces las bromas pueden ser más duras de lo que pensamos. ¿Por qué no me acompañas a recoger algunas historias que contar a los demás? Así aprenderás a hacer reír sin lastimar."
Frankie se quedó pensando. Volver a recoger historias sonaba aburrido, pero al mismo tiempo era una buena oportunidad.
"Está bien, Roco. Vamos a buscar esas historias juntos. Te prometo que aprenderé de esto."
El día continuó, y mientras Frankie y Roco recorrían el bosque, Roco le contaba sobre las aventuras de otros animales.
"Una vez, un grupo de patos tuvo que cruzar un río embravecido. Se unieron y lograron cruzar, gracias a que cada uno ayudó al otro." -contó Roco.
"Qué increíble!" -exclamó Frankie. "Así que todos pueden ayudarse mutuamente. Es un buen plan. ¡Podríamos hacer algo así nosotros también!"
Y así, juntos empezaron a planear un gran festival en el bosque, donde todos los animales podrían compartir sus mejores historias. Cada uno traerá un cuento y, al final del día, habría risas y diversión para todos.
Cuando el día del festival llegó, Frankie estaba nervioso, pero aprendió que hacer reír a los demás no viene solo de las bromas, sino de compartir momentos en los que se valoren a todos y cada uno. Durante el evento, chaque animal compartió algo especial mientras Roco narraba historias llenas de emoción y lecciones.
Al final del festival, el cuervo se volvió hacia Frankie y dijo:
"Gracias por invitarme a hacer esto. Nunca pensé que podríamos ser amigos."
Inmediatamente, el pequeño zorro sintió una gran alegría y sonrió.
"Gracias a vos, Roco. Aprendí que las verdaderas risas vienen de sentir el cariño entre nosotros, no de lastimar."
A partir de ese día, Frankie y Roco se volvieron inseparables, demostrando que, a veces, las traiciones pueden convertirse en oportunidades para aprender y crecer juntos, transformando una relación rival en una hermosa amistad.
Y así, en el bosque, las travesuras de Frankie se convirtieron en aventuras compartidas con su querido amigo cuervo. Juntos aprendieron que siempre hay un camino para reconstruir la confianza y hacer reír desde el cariño. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.