una Amistad Inesperada
En una pequeña costa argentina, un tiburón llamado Tito nadaba felizmente en las aguas azules. Tito no era un tiburón cualquiera; le encantaba hacer amigos, pero los demás animales del mar siempre se asustaban al verlo. "Es solo un tiburón", decían entre susurros. Tito se sentía solo, aunque su corazón era grande y amistoso.
Mientras tanto, en la playa, había un perro llamado Rocco. Rocco era curioso y tenía un gran espíritu aventurero. Un día decidió acercarse al mar para investigar qué había más allá de la orilla.
"¡Hola!" - llamó Rocco, parándose en la arena.
"¡Hola!" - respondió Tito, asomando su cabeza fuera del agua. "¿No tienes miedo de los tiburones?"
"¿Por qué debería tener miedo? Yo no te conozco, pero tú no pareces tener malas intenciones" - dijo Rocco moviendo la cola.
Desde ese momento, se formó una inesperada amistad. Rocco le contaba a Tito sobre la vida en la playa, mientras que Tito compartía sus aventuras bajo el agua, donde había peces de colores y corales que brillaban como joyas.
Un día, mientras exploraban juntos, se encontraron con un grupo de peces que estaba en problemas. Un gran pez globo había quedado atrapado en una red de pescar.
"¡Ayuda!" - gritó el pez globo, asustado.
"¡No te preocupes! Vamos a ayudarte" - exclamó Tito, nadando rápidamente hacia la red. Rocco también saltó al agua, aunque no era buen nadador.
"Tito, ¿cómo podemos ayudarlo?" - preguntó Rocco, intentando no hundirse.
"Necesitamos ser fuertes y trabajar en equipo" - respondió Tito. "Yo puedo romper la red con mis dientes, pero necesitaré que vos lo guíes para que salga una vez que la red esté rota".
"¡Claro! ¡Hagámoslo!" - dijo Rocco emocionado.
Mientras Tito comenzó a morder la red, Rocco guió al pez globo, brindándole ánimo.
"¡Casi lo logras, Tito! ¡Solo un poco más!" - gritaba Rocco.
Finalmente, con un gran tirón, Tito rompió la red.
"¡Ya está! ¡Ahora salí, amigo!" - animó Rocco. El pez globo pudo salir y quedó muy agradecido.
"¡Gracias, amigos! ¡Son los mejores!" - dijo el pez globo, reconociendo que la valentía y la amistad pueden superar cualquier miedo.
Mientras celebraban su hazaña, Tito y Rocco comprendieron que su amistad era especial y que, trabajando juntos, podían ayudar a otros.
Desde ese día, Rocco visitaba a Tito en el agua, y Tito venía a la playa. Juntos ayudaron a otros animales marinos y aprendieron que no importa el tamaño o la apariencia; lo que cuenta es el corazón y la voluntad de ser un buen amigo.
Y así, nuestras dos heroicas criaturas demostraron que, sin importar nuestras diferencias, siempre podemos encontrar en la amistad la fuerza para superar cualquier obstáculo.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¡Recuerda siempre que la amistad es lo más importante!
FIN.