Una Amistad Inesperada
En un rincón del bosque, donde los árboles eran altos y frondosos, vivían dos amigos muy singulares: un mono llamado Paco y un caballo llamado Martín. Aunque eran distintos en muchos aspectos, compartían un pequeño claro donde cada uno tenía su espacio.
Un día, Paco estaba muy emocionado.
"- ¡Martín, hoy es un día especial! ¡Vine con una idea increíble!" dijo el mono, saltando de rama en rama.
"- ¿Qué es?" preguntó Martín, curioso, moviendo su cola.
"- ¡Vamos a hacer una carrera! ¡Pero no como cualquier carrera! ¡Haremos una que desafíe nuestras habilidades!" propuso Paco con una sonrisa.
"- Pero, Paco, yo soy un caballo. Tengo patas largas y puedo correr muy rápido. Vos sos un mono, podés brincar, pero no tenés la misma velocidad que yo " contestó Martín, un poco preocupado.
"- ¡Eso es lo que hace la idea tan genial! La carrera no será solo de velocidad. Tendremos obstáculos donde yo podré brillar. ¡Así será un desafío para ambos!" respondió Paco.
Martín pensó por un momento antes de responder.
"- Bueno, suena divertido. ¡Hagámoslo!" exclamó, emocionado.
Pasaron la mañana organizando la carrera. Hicieron una lista de obstáculos: un árbol para escalar, un charco de barro para saltar y una pequeña colina para subir. Todo estaba listo para el gran día.
Cuando llegó la mañana de la carrera, todos los animales del bosque se reunieron para ver el espectáculo.
"- ¡Listos, listos, ya!" gritó el zorro, que actuaba como juez.
Y así comenzó la carrera. Paco, con su agilidad, trepaba rápidamente el árbol, mientras que Martín corría con fuerza y velocidad en el suelo. Pero cuando llegó el momento del charco, Paco decidió saltar mientras que Martín dudó.
"- ¡Vamos, Martín! ¡No te detengas!" gritó Paco.
Martín tomó impulso, pero al llegar al charco, se dio cuenta de que no podía saltar con la misma facilidad que Paco. Terminó salpicando barro por todas partes. Todos los animales rieron, pero Martín se sintió avergonzado.
"- ¡Jaja! ¡Mirá a Martín!" rieron algunos.
Paco, viendo a su amigo triste, gritó.
"- ¡No importa si te ensucias, Martín! ¡Es parte de la diversión!"
El caballo, motivado por las palabras de su amigo, decidió seguir adelante. Cuando llegaron a la colina, Paco estaba preocupado. La colina era muy empinada.
" - ¡Yo no sé si puedo!" dijo Paco, mirando hacia arriba.
"- No te preocupes. Podemos hacerlo juntos. ¡Te ayudaré!" respondió Martín, decidido.
El caballo comenzó a subir primero. Una vez en la cima, extendió su pata hacia Paco.
"- Agárrate fuerte. ¡Yo te ayudo!"
Paco tomó la pata de Martín y juntos lograron alcanzar la cima.
Arriba, se dieron un abrazo.
"- ¡Lo logramos!" dijo Paco, eufórico.
"- Eso fue increíble. ¡Gracias, amigo!" respondió Martín, sonriendo.
Al final, aunque la carrera había sido divertida, lo que más les importaba a los dos era el tiempo que pasaron juntos. Más tarde, el zorro anunció.
"- Y el ganador es… ¡la amistad!" todos aplaudieron mientras Martín y Paco sonreían y se miraban felices.
"- ¿Sabés qué? Creo que la próxima carrera debería ser sobre quien hace la mejor broma. " sugirió Paco, riendo.
"- ¡Me encanta la idea! Pero… no prometo no llenar de barro a nadie esta vez. " dijo Martín, mientras los dos amigos reían juntos.
Y así, aprendieron que no hay nada más importante que disfrutar cada momento y apoyarse mutuamente, sin importar las diferencias. Y el bosque atesoró para siempre la historia de Paco y Martín, un vínculo que se fortaleció a través de la diversión, el esfuerzo y la amistad.
FIN.