Una Amistad Inesperada
Había una vez un león llamado Leo que vivía en la selva. Leo era fuerte, valiente y siempre estaba dispuesto a explorar nuevos lugares. Un día, mientras saltaba de un lado a otro entre los árboles y las plantas, escuchó un sonido extraño. Era algo como un susurro suave que venía de detrás de unos arbustos.
Intrigado, Leo se acercó y, para su sorpresa, encontró a un pequeño tire. Tire era un animal curioso, con un pelaje suave y rayas que lo hacían parecer un pequeño arcoíris. Leo nunca había visto a un tire antes, así que con voz amable le preguntó:
"Hola, ¿quién sos?"
"¡Hola! Soy Tire, un tire. Vivo en esta selva. ¿Y vos?"
"Yo soy Leo, el león. Soy el rey de la selva, aunque hoy solo estoy explorando."
Tire miró a Leo con asombro.
"¡Un león! Nunca pensé que podría conocer a uno. ¿No tenés miedo de que todos los animales te teman?"
"No, no tengo miedo. Soy amistoso y no quiero asustar a nadie. La selva es grande y hermosa, y quiero disfrutarla con amigos."
Tire sonrió, sintiendo que había encontrado a alguien especial. Así que, juntos, comenzaron a jugar. Tire mostró a Leo cómo trepar por los árboles y Leo le enseñó a Tire a correr más rápido.
A medida que pasaban el día, jugaron a las escondidas y corrieron por los prados. La amistad entre Leo y Tire crecía a cada instante. Sin embargo, al caer la tarde, se encontraron con un problema. Un grupo de animales estaba en medio de una discusión. Las aves, los monos y los ciervos estaban peleando por el mejor lugar para construir sus casas.
Leo, decidido a ayudar, dio un rugido fuerte que hizo temblar el suelo:
"¡Espera! No necesitamos pelear. La selva es vasta y hay espacio para todos. Pero debemos trabajar juntos."
Los animales se detuvieron y miraron a Leo. Tire, sintiendo la inquietud en el aire, se unió a la conversación.
"¡Eso es! Si se ayudan entre sí, pueden encontrar el lugar perfecto para sus casas. Además, ¡podrían hacer un vecindario juntos!"
Los animales comenzaron a hablar entre ellos, y de pronto, la pelea se transformó en una conversación amistosa. Leo y Tire los guiaron, sugiriendo que en lugar de competir, podían colaborar. Después de un rato, todos acordaron un lugar donde podrían construir juntos.
Cuando terminó la discusión, todos los animales sintieron una gran alegría. Agradecidos, se acercaron a Leo y Tire.
"Gracias, amigos. Nos enseñaron que juntos somos más fuertes."
Al caer la noche, Leo y Tire se recostaron bajo las estrellas. El león miró a su pequeño amigo.
"¿Ves? No importa si sos grande o pequeño, lo importante es el corazón. La amistad puede unirnos a todos."
"¡Sí! Nunca pensé que un león y un tire pudieran ser tan buenos amigos."
A partir de ese día, Leo y Tire no solo jugaron juntos, sino que también ayudaron a mantener la paz en la selva. Se convirtieron en los mejores amigos y enseñaron a todos los habitantes que las diferencias no importan cuando hay respeto y cariño. Así, la selva se llenó de risas y armonía, gracias a la amistad entre un león y un tire.
Y así, Leo y Tire aprendieron que, sin importar lo diferentes que sean, siempre hay algo que los une: el deseo de ser amigos y cuidar de su hogar.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.