Una Amistad Inseparable
Había una vez en la sabana africana un elefante llamado Tomás, quien vivía completamente solo.
A diferencia de los demás animales que vivían en manadas y se divertían juntos, Tomás prefería estar solo y pasar sus días caminando tranquilamente por la sabana. Un día, mientras Tomás caminaba cerca de un río, escuchó un suave llanto que provenía de unos arbustos. Al acercarse, descubrió a un pequeño mono llamado Matías que había caído al agua y no podía salir.
Sin dudarlo, Tomás extendió su trompa y ayudó al pequeño mono a subir a tierra firme. "¡Muchas gracias, amigo elefante! ¡Pensé que nunca saldría del agua!" -dijo Matías entre sollozos.
Tomás sonrió amablemente y le dijo: "No hay de qué, pequeño amigo. ¿Estás bien?". "Sí, gracias a ti estoy a salvo. ¿Puedo quedarme contigo? Me siento muy solo y me encantaría tener un amigo como tú" -respondió el mono con ojitos brillantes.
Tomás dudó por un momento, ya que siempre había disfrutado de su soledad. Pero al ver la mirada sincera y esperanzadora de Matías, decidió darle una oportunidad y aceptarlo como compañero de aventuras.
A partir de ese día, Tomás y Matías se convirtieron en grandes amigos inseparables. Juntos recorrían la sabana explorando nuevos lugares, ayudando a otros animales en problemas y aprendiendo el uno del otro.
Un día, mientras cruzaban un puente improvisado sobre un arroyo lleno de cocodrilos hambrientos, el puente cedió bajo el peso de Tomás. El elefante comenzó a hundirse lentamente en el agua turbia cuando Matías tuvo una idea brillante.
"¡Tomás! ¡Agarra mi cola y déjame tirar fuerte para sacarte del agua!" -exclamó el valiente mono. Sin pensarlo dos veces, Tomás agarró la cola de Matías con fuerza mientras este tiraba con todas sus fuerzas hacia arriba.
Con esfuerzo y trabajo en equipo lograron salir del peligro justo a tiempo antes de que los cocodrilos los alcanzaran. Desde ese día, Tomás comprendió lo importante que era tener a alguien en quien confiar y compartir momentos difíciles.
Aprendió que la verdadera amistad va más allá de las diferencias o preferencias personales; se trata de estar ahí el uno para el otro sin importar las circunstancias. Y así fue como El Elefante Solitario dejó atrás su soledad para abrazar la amistad verdadera junto a su inseparable compañero Matías.
Juntos demostraron que incluso aquellos que creen no necesitar a nadie pueden encontrar la felicidad compartiendo sus vidas con quienes realmente les importan.
FIN.