Una amistad inusual
Juana era una niña curiosa y llena de energía que vivía en una granja en el corazón de Argentina. Un día, mientras jugaba en el patio, descubrió una chancha pequeña y rosada que había sido abandonada por su madre. Juana decidió cuidarla y le puso el nombre de Jennifer.
Desde ese día, Juana y Jennifer se convirtieron en inseparables. Juntas exploraban la granja, jugaban en los charcos de barro y se divertían persiguiendo mariposas. A pesar de las miradas extrañas de los demás, Juana sabía que su amistad con Jennifer era especial.
Un día, el granjero le pidió a Juana que la ayudara a cuidar a los pollitos que acababan de nacer. Juana se emocionó, pero se preocupó de dejar sola a Jennifer. Sin embargo, la chancha la miró con ojos comprensivos y le dijo: -No te preocupes, Juana. Ve y cuida a esos pollitos. Siempre seremos amigas, pase lo que pase.
Juana asintió con una sonrisa y corrió a ayudar al granjero. Con el tiempo, Juana aprendió a balancear su tiempo entre cuidar a los animales de la granja y jugar con Jennifer. Juntas vivieron aventuras emocionantes y demostraron que la amistad puede surgir en los lugares menos esperados.
Y así, la amistad de Juana y Jennifer se convirtió en un ejemplo para todos en la granja, enseñando que la verdadera amistad trasciende las diferencias y que el amor y el cuidado pueden unir a todos, sin importar su apariencia o especie.
FIN.