Una amistad sin fronteras


Vale era una niña muy curiosa y alegre que vivía en un pequeño pueblo. Todos los días, después de la escuela, iba al parque a jugar y siempre se encontraba con Pato, el payaso del lugar.

Pato siempre estaba maquillado y vestido con su traje de colores brillantes, pero Vale notaba algo diferente en él. Un día, mientras jugaban juntos en el parque, Vale le preguntó a Pato por qué siempre llevaba ese maquillaje y disfraz de payaso.

Pato se sintió incómodo al principio, pero luego decidió contarle la verdad a la pequeña niña. "Vale, querida, verás... yo no soy un payaso porque me guste.

En realidad, tengo muchas cicatrices en mi rostro debido a un accidente que tuve cuando era más joven. Me da vergüenza mostrar mi cara así que me maquillo y me disfrazo para cubrir mis heridas", explicó Pato con tristeza.

Vale escuchaba atentamente y miraba a Pato con comprensión en sus ojos. Luego, sin decir una palabra, tomó un pañuelo de su bolsillo y gentilmente limpió el rostro de Pato. Lo miró fijamente y le dijo: "Pato, no importa cómo luzca tu rostro.

Lo importante es quién eres por dentro". Pato se emocionó al escuchar las palabras de Vale y sintió un gran alivio al ser aceptado tal como era. Juntos continuaron jugando en el parque sin disfraces ni maquillaje.

La amistad entre ellos creció cada día más fuerte. Con el tiempo, Pato comenzó a sentirse más seguro consigo mismo gracias al apoyo incondicional de Vale.

Dejó de usar su disfraz de payaso e incluso empezó a trabajar como mago en fiestas infantiles mostrando su verdadero rostro sin miedo. La historia de Pato y Vale se convirtió en ejemplo para todos en el pueblo sobre la importancia de la aceptación propia y del valor de la verdadera amistad.

Y aunque las cicatrices nunca desaparecieron por completo del rostro de Pato, ahora las llevaba con orgullo como símbolo de superación.

Desde entonces, los niños del pueblo ya no veían a Pato como un simple payaso sino como un héroe valiente que les enseñaba que lo que realmente importa es lo que hay dentro del corazón.

Dirección del Cuentito copiada!