Una Aventura Amistosa
En un pequeño pueblo rodeado de verdes colinas y con un lago cristalino, vivía una monja llamada Sor Clara. Era conocida por su sonrisa siempre alegre y su bondad. Al lado del convento había un curioso pajarito llamado Chki, quien soñaba con volar más allá de lo que sus alas podían alcanzar. Un día, Chki decidió acercarse a Sor Clara para contarle su deseo.
"¡Hola, Sor Clara!" - dijo Chki emocionado. "Quiero aprender a volar más alto, a explorar el mundo. ¿Podrías ayudarme?".
Sor Clara miró al pequeño pajarito y sonrió.
"Por supuesto, Chki. Pero necesitas un plan y un poco de entrenamiento. No te preocupes, juntos podemos lograrlo" - respondió.
Así comenzó la amistad entre Chki y Sor Clara. Cada día, la monja enseñaba a Chki sobre la importancia de la paciencia y la práctica.
"Tienes que ejercitar tus alas, Chki. Cuanto más vueles, más fuerte serás" - le decía ella mientras él intentaba volar un poco más alto cada día.
Sin embargo, Chki no siempre creía en sí mismo. Un día, tras un gran intento de volar por encima de un árbol, Chki cayó al suelo un poco desanimado.
"No puedo, Sor Clara. Nunca podré volar tan alto como lo hago en mis sueños" - lamentó el pajarito.
Sor Clara se agachó a su lado y le tocó suavemente una de sus alas con su mano.
"Cada gran aventura comienza con un pequeño paso, Chki. No te rindas, mira cuán lejos has llegado desde el primer día" - lo animó ella.
Chki se sintió un poco mejor, y decidió que lo intentaría de nuevo. Con el tiempo, sus repetidos intentos comenzaron a dar frutos. Empezó a volar más alto, tocando las nubes en algunas ocasiones.
Pero un día, mientras sobrevolaban el lago, notaron que una tormenta se acercaba rápidamente.
"Sor Clara, ¿qué hacemos? La lluvia caerá pronto" - exclamó Chki asustado.
"No te preocupes, Chki. Hay que volver al convento y esperar la tormenta en un lugar seguro" - dijo Sor Clara, guiando al pequeño pajarito hacia un lugar protegido.
Cuando la tormenta pasó, Chki miró a su alrededor y se dio cuenta de que su alegría no solo provenía de volar alto, sino también de tener una amiga que lo apoyaba.
"Sor Clara, ¿por qué no volamos juntos en lugar de correr siempre?" - preguntó Chki mirando a su amiga.
"Porque juntos podemos crear nuevos horizontes. Te ayudaré a volar más alto, y tú me llevarás a aventuras que nunca imaginé" - respondió Sor Clara con una sonrisa.
Desde ese día, Chki y Sor Clara aprendieron que ser amigos implica compartir alegrías y desafíos. Juntos, comenzaron a planear nuevas aventuras y descubrimientos por el cielo y la tierra. Chki ya no solo volaba, sino que llevaba a Sor Clara en su lomo a conocer lugares hermosos.
Con el paso del tiempo, Chki, el pajarito que una vez dudó de sí mismo, se convirtió en uno de los voladores más intrépidos del pueblo, nunca olvidando que su amistad con Sor Clara le había dado las alas que necesitaba.
A partir de ese momento, cada vez que alguien se sentía inseguro o desanimado, Chki siempre estaba ahí para compartir su experiencia y la historia de su gran amiga, Sor Clara.
Y así, aprendieron juntos que con amor, paciencia y un poco de amistad, uno puede alcanzar las alturas que nunca antes había imaginado.
FIN.