Una Aventura de Amor y Luces


Había una vez dos hermanitos, Martina y Nico, que estaban muy emocionados porque iban a viajar en un avión por primera vez. Su destino era París, la ciudad del amor y las luces.

Martina estaba ansiosa por ver la Torre Eiffel y probar los deliciosos croissants, mientras que Nico quería conocer al ratoncito más famoso de todos. El día del vuelo finalmente llegó. La mamá de Martina y Nico los acompañó al aeropuerto.

Estaban tan felices que apenas podían contener su emoción. Subieron al avión y buscaron sus asientos con entusiasmo. "¡Mira, Marti! ¡Qué grande es este avión!" exclamó Nico con los ojos brillantes. "Sí, es enorme.

¡Y mira por la ventanilla, todo se ve tan chiquito desde arriba!" respondió Martina maravillada. El piloto anunció que estaban a punto de despegar, y ambos hermanitos se agarraron de las manos un poco nerviosos pero emocionados.

El despegue fue emocionante y pronto estaban en el aire rumbo a París. Durante el vuelo, Martina sacó su cuaderno de dibujo y comenzó a dibujar las nubes que veía por la ventanilla. Nico miraba por la ventanilla con fascinación mientras escuchaba música en sus auriculares.

De repente, el avión empezó a experimentar turbulencias. Los niños se miraron preocupados pero recordaron lo que les había dicho su mamá sobre mantener la calma en situaciones así. "Tranquila, Marti.

Es normal sentir un poco de movimiento en el avión" dijo Nico intentando tranquilizar a su hermana. Después de unos minutos las turbulencias cesaron y todo volvió a estar tranquilo. Los niños respiraron aliviados y continuaron disfrutando del vuelo.

Finalmente, el piloto anunció que estaban a punto de llegar a París. Martina guardó su cuaderno emocionada mientras Nico se preparaba para ver si podía divisar al ratoncito famoso desde el cielo.

Al descender vieron cómo se acercaba la ciudad parisina con sus hermosos edificios y calles llenas de historia. Aterrizaron suavemente en el aeropuerto Charles de Gaulle y salieron del avión con una sonrisa enorme en sus rostros. "¡Lo logramos! ¡Estamos en París!" gritaron los dos hermanitos abrazándose emocionados.

Martina tomó la mano de Nico y juntos caminaron hacia nuevas aventuras en esa maravillosa ciudad llena de magia y diversión.

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