Una aventura de higiene y amistad



En un hermoso pueblo de Argentina, vivía la pequeña Martina, una niña curiosa y traviesa que disfrutaba de jugar al aire libre. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Martina se ensució muchísimo.

-¡Oh no, estoy hecha un desastre! - exclamó Martina, mirando cómo su ropa y su cuerpito estaban cubiertos de barro y tierra. Sus amigos se rieron y le dijeron que olía un poco feo. Martina se sintió avergonzada y triste.

Decidió regresar a casa lo más rápido posible. Al llegar, su mamá la recibió con una sonrisa, pero al ver su estado, frunció el ceño.

-Martina, ¿qué te pasó? Tu cuerpito está muy sucio, es importante que cuides tu higiene para mantenerlo sano y reluciente- dijo su mamá con preocupación. Martina se sintió mal por haberse descuidado. Decidió tomar cartas en el asunto y buscar una solución para mantener su cuerpito limpio y reluciente. Al día siguiente, Martina se puso en marcha.

Reunió a sus amigos y les propuso una divertida aventura: limpiar el parque y aprender sobre la importancia de la higiene. Juntos, recogieron la basura, limpiaron los juegos y compartieron consejos sobre cómo mantenerse limpios y sanos.

Martina aprendió que lavarse las manos antes de comer, bañarse todos los días, cepillarse los dientes y usar ropa limpia son hábitos necesarios para cuidar su cuerpito. Al final del día, el parque estaba reluciente, al igual que los corazones de Martina y sus amigos.

Desde entonces, Martina se convirtió en la defensora de la higiene en su pueblo, inspirando a todos a cuidar sus cuerpitos y su entorno.

La importancia de la higiene no solo la hizo sentirse mejor consigo misma, sino que también fortaleció los lazos de amistad entre Martina y sus amigos.

FIN.

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