Una aventura en el bosque

Lucía era una niña muy curiosa y amante de la naturaleza. Vivía en una pequeña casa cerca del bosque, junto a su madre. Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un pollo y un cerdo que parecían estar perdidos. Decidió ayudarlos y juntos emprendieron una aventura en busca del camino de regreso a su hogar.

Mientras caminaban, se cruzaron con un cazador que intentaba atrapar a un lindo conejito. Sin dudarlo, Lucía se acercó al cazador y le dijo: 'Señor, por favor, no lastime al conejito. Todos merecen vivir en paz en este bosque'. El cazador, sorprendido por las palabras de la valiente niña, decidió liberar al conejito y prometió no volver a cazar en ese bosque.

La madre de Lucía, preocupada por la demora de su hija, salió en su búsqueda y se encontró con el pollo y el cerdo. Sin embargo, en vez de ayudarlos, decidió llevarlos a casa para convertirlos en su cena. Lucía, al enterarse de los planes de su madre, supo que debía actuar rápido.

Con la ayuda de sus amigos animales, idearon un plan para convencer a la madre de Lucía de que el pollo y el cerdo merecían vivir en libertad. Lograron demostrarle que todos los seres vivos tienen sentimientos y merecen respeto. Conmovida por la determinación y el amor de su hija, la madre de Lucía decidió liberar al pollo y al cerdo, y juntos regresaron al bosque.

Desde ese día, Lucía, el pollo y el cerdo se convirtieron en inseparables amigos, y juntos promovieron el respeto y el cuidado por todos los seres vivos del bosque.