Una Aventura en el Bosque Mágico



Era una hermosa mañana de primavera cuando Lucía, una niña de siete años, decidió ir de excursión al bosque con su mamá Yuli y su papá Jorge. El sol brillaba en el cielo y las flores llenaban el paisaje con colores vibrantes.

"¡Mamá! ¡Papá! ¡Vamos a buscar criaturas mágicas!" exclamó Lucía, emocionada.

"¡Eso suena divertido!" dijo Yuli mientras preparaba una mochila con bocadillos y agua.

"Sí, pero también debemos recordar no alejarnos demasiado y cuidar de la naturaleza" agregó Jorge con una sonrisa.

Los tres se adentraron en el bosque, donde los árboles eran tan altos que parecían tocar el cielo. Mientras caminaban, Lucía se detuvo de repente.

"¡Miren eso!" gritó, señalando un brillo entre los arbustos.

"¿Qué es?" preguntó su mamá, un poco preocupada.

Lucía se acercó con cautela y, para su sorpresa, encontró un pequeño hada atrapada en una telaraña.

"¡Ayuda!" suplicó el hada.

"No te preocupes, te ayudaremos" dijo Lucía, mirando a sus padres.

"Hay que cortarla con cuidado" sugirió Yuli, sacando unas tijeras de su mochila.

Jorge ayudó a sostener la telaraña, mientras Yuli cortaba suavemente. Lucía observaba con atención, aprendiendo que con calma se podía solucionar cualquier problema. Finalmente, el hada quedó libre y aleteó felizmente.

"¡Gracias, gracias! Soy Lila, el hada del bosque!" dijo el hada.

"¡Qué lindo!" exclamó Lucía.

"Les debo un favor. ¿Qué desean?" preguntó Lila, brillante con su luz mágica.

"Quiero ver un arcoíris eterno" dijo Lucía sin pensarlo.

"Ese es un gran deseo, pero también muy bonito. Esperen aquí" dijo Lila, agitando sus alas.

En un instante, el cielo se oscureció un poco, y comenzaron a caer gotas de agua en el bosque.

"¿Está lloviendo?" preguntó Jorge confundido.

"No, Lila está creando el arcoíris" contestó Lucía emocionada.

Cuando la lluvia terminó, el sol volvió a brillar y un hermoso arcoíris apareció en el horizonte. Lucía saltó de alegría mientras observaba los colores.

"¡Es maravilloso!" gritó.

"Nunca había visto algo tan espectacular" dijo Yuli mirando el arcoíris.

Pero de repente, el arcoíris comenzó a desvanecerse.

"¡No! ¡Quiero que se quede!" lamentó Lucía, sintiendo que se le escapaba algo precioso.

"A veces, las cosas hermosas no pueden durar para siempre, pero podemos recordar siempre este momento y cada vez que veas uno, recordar lo mágico que fue este día" dijo Jorge abrazando a su hija.

"Pero, si solo yo pude desearlo, ¿por qué se va?" preguntó Lucía con lágrimas en los ojos.

"Porque el verdadero poder de la magia está en compartir los buenos momentos y en crear recuerdos juntos" explicó Yuli.

Lila sonrió y dijo,

"Lo que cuentas en tu corazón nunca desaparece. Puedes volver a verlo en tus sueños."

Lucía comprendió que el arcoíris era una invitación a la felicidad, y que siempre podría encontrarlo en su imaginación.

"Gracias, Lila. Nunca olvidaré esto" dijo con una gran sonrisa.

"Recuerden cuidar siempre de la naturaleza y recordar los momentos mágicos" recomendó el hada antes de desaparecer en una nube de brillantes luces.

Al regresar a casa, Lucía se sintió feliz y gratificada, sabiendo que la verdadera magia se encontraba en su amor por la naturaleza y en las aventuras compartidas con su familia.

Y así, cada vez que el sol brillaba tras la lluvia, Lucía siempre encontraba el arcoíris en su corazón.

FIN.

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