Una Aventura en el Lago



Era una mañana brillante en la pequeña laguna donde vivía Pato. Pato era un pato muy curioso, con plumas amarillas y ojos brillantes. Pero había un problema: siempre decía que no podía jugar con su amigo Pajadito, un pequeño pajarito que vivía en un árbol cercano. "Pajadito, no puedo jugar hoy. Soy demasiado grande para ti,"- decía Pato con una voz pesimista. Pero Pajadito solo reía, con su pequeño pico amarillo, "No importa el tamaño, ¡la diversión está en el corazón!"-

Un día, Pajadito decidió que tenía que demostrarle a Pato que jugar era más importante que el tamaño. Se le ocurrió un plan. "Pato, ven a ver el nuevo juego que inventé. Vamos a jugar a encontrar tesoros escondidos en la orilla del lago!"-

A Pato le gustó la idea, pero cuando llegó a la orilla, vio cómo Pajadito volaba ágilmente entre los árboles y pensó que él mismo se vería torpe. "No puedo ser tan rápido como vos, Pajadito!"- se lamentó.

"Pero Pato, yo no espero que seas rápido. Tú eres fuerte, tú puedes buscar recursos en el agua mientras yo vuelo y busco en el aire. ¡Vamos!"- animó Pajadito, y poco a poco Pato comenzó a sentir que tal vez podía participar.

Entonces ambos comenzaron a buscar tesoros. Pato se zambulló en el agua, y bajo la superficie encontró una hermosa piedra brillante. "Mirá Pajadito, ¡encontré algo increíble!"- exclamó con alegría.

Pero Pajadito estaba distraído con algo más. "Pato, ¡mirá lo que yo encontré!"- anunció con emoción, mostrándole una pluma dorada que había caído de un águila.

Casi sin darse cuenta, los dos amigos se animaron a ofrecer lo mejor de sí mismos: Pajadito exploraba el aire y Pato el agua. Cada uno tenía el espacio para brillar con sus habilidades.

"Esto es increíble, Pajadito! Nunca pensé que podría divertirme tanto. ¡Tú tenías razón!"- reconoció Pato al final del día, cumpliendo con su promesa de ser un buen amigo.

Después de horas de juego, ambos regresaron a la orilla, cansados pero felices. "Nunca más voy a decir que no puedo jugar contigo"- prometió Pato.

"¡Así se habla!"- respondió Pajadito. "Lo importante es que encontramos la manera de jugar, ¡cada uno con su propio estilo!"-

"Sí, y eso me hace sentir especial"- dijo Pato, notando que los mejores momentos surgen de la colaboración y la amistad.

Desde entonces, Pato y Pajadito siempre jugaban juntos, demostrando que las diferencias hacen que la vida sea mucho más rica y divertida. Y así, la laguna se llenó de risas y aventuras. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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