Una aventura en la cancha



Había una vez en un barrio de Buenos Aires, un papá llamado Juan y su hijo Martín, quienes compartían una gran pasión por el fútbol. Cada domingo, iban juntos al estadio a ver a su equipo favorito, pero esta vez, algo extraordinario iba a suceder. Mientras disfrutaban del partido, Martín notó que su padre estaba mirando la cancha de manera muy extraña. - ¡Papá, ¿qué te pasa? - preguntó Martín. Juan, con asombro en sus ojos, señaló la cancha y respondió - ¡Mira, Martín, la cancha está tan hermosa que dan ganas de comérsela! - Martín, atraído por la curiosa idea de su padre, decidió que juntos encontrarían la manera de hacerlo posible.

Al terminar el partido, padre e hijo se acercaron al cuidador de la cancha y le consultaron si podían llevarse un poco de césped a casa. El cuidador, sorprendido por la ocurrencia, accedió y les dio un puñado de pasto. De regreso a su hogar, Martín propuso utilizar ingredientes naturales y pensaron en una receta para crear una réplica de la cancha comestible. Juntos, buscaron en internet, leyeron libros y se pusieron manos a la obra. Con paciencia y dedicación, prepararon una base de galletas para simular el suelo, utilizaron frosting verde para pintar la superficie y colocaron confites de colores para representar a los jugadores. El resultado fue impresionante: habían creado una mini cancha comestible que parecía tan real como la original.

La noticia de su obra se difundió por el barrio y llegó a oídos de un importante chef, quien los invitó a un concurso gastronómico. Padre e hijo aceptaron el desafío y presentaron su creación. Para su sorpresa, no solo gustó a los jueces, sino que ganaron el primer premio. A partir de ese momento, Juan y Martín se convirtieron en famosos por su originalidad y talento culinario.

Pero más allá de la fama, lo que realmente los llenaba de orgullo era haber demostrado que con creatividad, esfuerzo y trabajo en equipo, cualquier idea, por más descabellada que parezca, puede convertirse en algo grandioso. Y así, cada vez que iban al estadio, recordaban con alegría aquella vez que soñaron con comerse la cancha y terminaron conquistando el corazón de todos con su increíble creación.

FIN.

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