Una Aventura en la Tierra de los Alimentos



Un fresco día de primavera, en el pequeño pueblo de Dientelandia, los niños se preparaban para una feria muy especial: la Feria de los Alimentos. Todos los niños estaban emocionados por probar dulces y golosinas, sin imaginarse que estaba a punto de suceder algo extraordinario.

Mientras corrían de un lado a otro, un niño llamado Tomás se acercó a su amiga Lucía, quien siempre llevaba consigo una bolsa llena de frutas.

"¿Por qué traes solo frutas, Lucía? ¡Hoy es un día para comer dulces!" - dijo Tomás mientras miraba a su alrededor, lleno de caramelos y chocolates.

"Porque en casa me enseñaron que hay que cuidar los dientes. Los dulces pueden hacer que tengamos caries, y eso duele" - respondió Lucía con una sonrisa, mostrando sus dientes blancos y brillantes.

Al escuchar esto, Tomás se rió。

"¡Eso son cuentos! Todos disfrutan de los dulces y nadie parece tener problemas" - respondió, lanzando un puñado de gomitas al aire.

Entonces, algo inesperado ocurrió. De repente, del cielo comenzaron a caer pequeñas nubes de caramelo que aterrizaban en la feria.

"¡Mira!" - gritó uno de los niños. "¡Es una lluvia de caramelos!"

Todos los niños comenzaron a correr y a llenar sus manos de dulces, pero Lucía se detuvo y observó cómo una nube oscura comenzó a formarse a su alrededor.

"¿Qué es eso?" - preguntó Lucía, con preocupación.

"No pasa nada, tomemos más caramelos!" - insistió Tomás.

Sin embargo, mientras más caramelos recolectaban, la nube oscura se hacía más grande y empezaba a girar. En un abrir y cerrar de ojos apareció un pequeño personaje con un gran sombrero: era el Rey Caries, un rey malvado que no era muy amable con los niños.

"¡Hola, pequeños! ¡Soy el Rey Caries!" - exclamó con voz ronca. "¿A quién le gusta comer dulces sin importarles los dientes?"

Los niños comenzaron a gritar y a correr, pero el Rey Caries levantó su mano y dijo:

"¡Esperen! No tengo intenciones de hacerles daño, pero quiero hablar con ustedes sobre el importante tema de la salud dental".

Tomás, que había llenado su bolsa con gomitas, miró al Rey Caries con desinterés.

"No necesito escuchar de salud, estoy disfrutando de estos deliciosos dulces" - dijo mientras se metía un caramelo en la boca.

"¡Ah! Esa es una elección que podrías lamentar, pequeño. Cuando comes muchos dulces, los azúcares se quedan en tus dientes y crean un hogar perfecto para los gérmenes. ¡Eso es lo que hace que las caries lleguen a ser fuertes!" - advirtió el Rey Caries.

Entonces, Lucía decidió intervenir.

"¿Por qué no nos cuentas más sobre cómo cuidar nuestros dientes?" - dijo con curiosidad.

"Muy bien, aunque no soy un rey muy popular", dijo el Rey Caries, sintiéndose un poco mejor. "Hay alimentos que pueden ayudar a mantener tus dientes fuertes y sanos, como las frutas, verduras y los lácteos. ¡Hoy podrías hacer una elección diferente!"

Los niños miraron pensativos, y Lucía comenzó a hablar.

"Podríamos hacer una competencia de quién come más frutas de la feria, ¿qué dicen?" - sugirió con entusiasmo.

"¡Sí!" - respondieron muchos niños, emocionados con la idea.

El Rey Caries sonrió. "Me gusta esa idea, porque así pueden ver que los alimentos saludables son igual de ricos. Además, pueden evitarme, que no me gusta estar rodeado de niños felices y dientes sanos".

Con esa chispa de alegría, los niños comenzaron a disfrutar de manzanas, peras y zanahorias en el festival, y el Rey Caries, sintiéndose un poco más ligero, decidió marcharse con una promesa. "Si quieren, puedo enseñarles más sobre cómo cuidar sus dientes y de esta forma, no veré más caries en Dientelandia".

Desde ese día, cada vez que iban a la feria, los niños se aseguraban de comer una buena porción de frutas y verduras, haciendo una gran amistad con el Rey Caries, quien les enseñó que siempre hay un tiempo para la diversión, pero que cuidar de su salud era igualmente importante.

Y así, en el corazón de Dientelandia, los niños aprendieron a equilibrar sus deseos de dulces con la importancia de cuidar su sonrisa. ¡Y fueron felices para siempre! Como dice Lucía: "Un diente sano, es un diente feliz".

FIN.

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