Una aventura estrellada



Había una vez un niño llamado Pedro, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Pedro era muy valiente durante el día, pero cuando llegaba la noche, se convertía en un niño asustado.

Le tenía mucho miedo a la oscuridad y siempre pensaba que había monstruos escondidos debajo de su cama o dentro del armario. Una noche, mientras Pedro estaba acostado en su habitación temblando de miedo, algo extraordinario ocurrió.

De repente, una luz brillante iluminó todo su cuarto y apareció un simpático monstruo llamado Lucas. - ¡Hola Pedro! ¿Por qué estás tan asustado? - preguntó Lucas con una sonrisa amigable.

Pedro quedó sorprendido al ver a este monstruo tan diferente a los que siempre había imaginado. En lugar de ser oscuro y terrorífico, Lucas era luminoso y divertido. - Soy el Monstruo de la Oscuridad y he venido para ayudarte a superar tus miedos nocturnos - dijo Lucas con entusiasmo.

Pedro no sabía si confiar en él o salir corriendo, pero decidió escuchar lo que tenía que decirle. - Mira Pedro - continuó Lucas -, sé que te asusta la oscuridad porque no puedes ver lo que hay a tu alrededor.

Pero quiero mostrarte algo maravilloso: cada vez que se hace de noche, las estrellas salen a brillar en el cielo como linternas gigantes.

¿Quieres venir conmigo y descubrirlo? Aunque aún sentía miedo, la curiosidad por ver las estrellas fue más grande para Pedro. Así que tomó la mano de Lucas y juntos salieron por la ventana hacia el cielo estrellado. Mientras volaban entre las estrellas, Lucas le explicaba a Pedro que cada una tenía un nombre y una historia.

Le contó sobre constelaciones como Orión y la Osa Mayor, e incluso le enseñó cómo encontrar la Estrella del Norte para no perderse nunca. Pedro se sentía maravillado con todo lo que descubría.

Ya no pensaba en monstruos oscuros, sino en aventuras cósmicas llenas de luz y color. Después de un rato, Pedro comenzó a sentirse más valiente.

Se dio cuenta de que no importaba cuán oscuro fuera afuera, siempre habría algo hermoso esperándolo si solo se atrevía a enfrentar sus miedos. Cuando llegaron al amanecer, Pedro ya no era el mismo niño asustado. Ahora sabía que la oscuridad podía ser tan fascinante como el día y que los monstruos podían convertirse en amigos inesperados.

Desde ese día, Pedro dejó de tener miedo a la oscuridad. Incluso invitaba a Lucas a visitarlo todas las noches para seguir explorando el universo juntos.

Y así, gracias al Monstruo de la Oscuridad, Pedro aprendió que enfrentar nuestros miedos nos ayuda a crecer y descubrir nuevas maravillas en el mundo que nos rodea. Y desde entonces, vivió muchas aventuras nocturnas llenas de estrellas y amistad.

FIN.

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