Una aventura inolvidable


Martha estaba emocionada por ir al campamento de verano. Empacó su mochila con ropa, una linterna, protector solar, y su oso de peluche, Coco. Al llegar, se encontró con un grupo de niños de su edad, cada uno con personalidades únicas. Había Mateo, el aventurero que siempre estaba buscando nuevas emociones; Sofía, la niña tímida apasionada por la naturaleza; Lucas, el deportista que nunca se quedaba quieto; y Valentina, la artista que llevaba consigo un cuaderno y lápices de colores. Juntos formaron un equipo increíble.

El primer día, el grupo fue a una excursión por el bosque, liderada por el guía del campamento, el simpático señor Martín. Mientras caminaban, Martha observó mariposas de colores revoloteando entre las flores y escuchó los cantos de los pájaros. De repente, Mateo señaló hacia un árbol y anunció emocionado: '¡Miren, un nido de pájaros!' Todos se acercaron con cuidado para observar a los pequeños pichones. La emoción de Mateo era contagiosa, y Martha sonrió al compartir ese momento especial con sus nuevos amigos.

Al día siguiente, el campamento organizó una competencia de orientación. Los niños debían buscar pistas en el bosque para encontrar un tesoro escondido. Todos se dividieron en equipos, y Martha se asoció con Sofía. Juntas, observaron atentamente un mapa y comenzaron a buscar las pistas. Después de seguir varios indicios, finalmente encontraron el tesoro, ¡una caja llena de golosinas! Sofía se rio feliz, y Martha se sintió orgullosa de haber trabajado en equipo para lograrlo.

Más tarde, durante la fogata, todos compartieron historias y canciones. Valentina dibujó un hermoso paisaje del atardecer, inspirada por el entorno. En ese momento, se escuchó un ruido misterioso en el bosque. El señor Martín le explicó al grupo que era un zorro, y que no debían asustarse, ya que estos animales son tímidos y huyen de los humanos. Todos se sintieron fascinados al escuchar más sobre la vida silvestre del bosque.

El último día, los niños organizaron una obra de teatro para despedirse del campamento. Martha y sus amigos representaron una historia sobre amistad y valentía, y todos se divirtieron preparando los disfraces y practicando sus líneas. Al final, se despidieron con abrazos y promesas de mantenerse en contacto.

Martha regresó a casa con el corazón lleno de recuerdos increíbles y nuevos amigos que durarían para siempre. Aquel campamento le enseñó la importancia de la amistad, el trabajo en equipo, el respeto por la naturaleza y la valentía para enfrentar lo desconocido.

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