Una Aventura Neurodiversa

Tomás era un niño curioso y creativo, pero a veces sentía que su mundo era un poco diferente al de los demás. Tenía dificultades para concentrarse en el aula de clases, y a menudo se sentía abrumado por los sonidos y las luces. Sus compañeros a veces no entendían por qué actuaba de ciertas maneras, y eso lo hacía sentir triste y aislado.

Un día, la maestra anunció que habría un concurso de cuentos, y a Tomás le brillaron los ojos de emoción. Amaba inventar historias, pero sabía que escribir un cuento en un aula bulliciosa no sería fácil. Sin embargo, decidió intentarlo.

Con esfuerzo y dedicación, Tomás comenzó a escribir sobre un mundo mágico donde cada persona era única y especial, con sus propias habilidades y talentos. Su protagonista, un niño llamado Nico, tenía una forma especial de ver el mundo, al igual que Tomás. Con cada página, Tomás se sentía más conectado con su historia y con su propio ser.

Llegó el día de presentar los cuentos en el aula, y Tomás se puso nervioso. Cuando llegó su turno, comenzó a leer en voz alta. "En un mundo donde todos somos diferentes, podemos aprender unos de otros y hacer cosas increíbles juntos", leyó Tomás con emoción. Sus compañeros lo escuchaban atentamente, y al terminar, estallaron en aplausos.

Después de la presentación, muchos compañeros se acercaron a Tomás para decirle lo mucho que habían disfrutado su cuento. Algunos le contaron que se sentían identificados con el protagonista, lo que hizo sentir a Tomás que ya no estaba solo. Se dio cuenta de que su neurodiversidad no era un obstáculo, sino una parte especial de quién era.

Gracias al concurso, Tomás aprendió que su forma única de ver el mundo era un regalo, y que podía compartirlo de una manera que inspirara a los demás. A partir de ese día, su aula se convirtió en un lugar donde la diversidad era celebrada, y Tomás se sintió más seguro y feliz que nunca.