una aventura nutricional


Había una vez una niña llamada Diana, a quien no le gustaba para nada comer comida saludable. Prefería siempre las papas fritas, las hamburguesas y los dulces.

Sus padres intentaban convencerla de que debía comer frutas, verduras y alimentos nutritivos, pero ella siempre hacía pucheros y se negaba. Un día, mientras su mamá preparaba un delicioso plato de spaghetti con salsa de tomate casera, algo extraño sucedió.

Cuando Diana estaba a punto de probar un bocado, el plato comenzó a temblar y la salsa hizo un ruido extraño. - ¡Hola Diana! - dijo una vocecita proveniente del plato. Diana abrió los ojos sorprendida y miró alrededor buscando quién había hablado.

- Soy yo, el spaghetti - continuó la vocecita -. He cobrado vida para enseñarte algo muy importante. Diana se quedó boquiabierta sin poder creerlo.

El spaghetti continuó hablando:- Sé que no te gusta mucho la comida saludable, pero quiero mostrarte por qué es tan importante para tu cuerpo estar bien alimentado. Diana escuchaba atentamente mientras el spaghetti le explicaba sobre las vitaminas y minerales que se encuentran en los alimentos saludables y cómo ayudan a mantenernos fuertes y sanos.

El plato de spaghetti también le contó sobre los problemas que pueden surgir si no comemos lo suficientemente nutritivo. Le dijo que podíamos enfermarnos más fácilmente o tener menos energía para jugar con nuestros amigos si no nos alimentamos adecuadamente.

Diana comenzó a comprender la importancia de una buena alimentación gracias a las palabras del plato de spaghetti.

Se dio cuenta de que, aunque los alimentos saludables no siempre son tan sabrosos como las papas fritas o los dulces, eran necesarios para cuidar su cuerpo. - ¿Sabes qué? - dijo Diana -. Creo que voy a probar un bocado de este delicioso spaghetti y también comeré más frutas y verduras a partir de ahora.

El plato de spaghetti sonrió satisfecho y le deseó a Diana una vida llena de energía y salud. Desde ese día, Diana comenzó a disfrutar más de la comida nutritiva y se sentía mejor consigo misma.

A medida que crecía, aprendió recetas saludables junto a su mamá y descubrió nuevos sabores que nunca antes había probado. Comenzó a sentirse más fuerte y con más energías para jugar al aire libre con sus amigos.

Diana comprendió gracias al plato de spaghetti que la comida saludable no solo es importante para su cuerpo, sino también para su mente. Aprendió que si se alimentaba bien, podía concentrarse mejor en la escuela y tener un buen rendimiento en todas sus actividades.

Y así fue como Diana dejó atrás sus malos hábitos alimenticios gracias al consejo del plato de spaghetti animado. Aprendió que la comida saludable puede ser igualmente deliciosa si le damos una oportunidad, convirtiendo cada comida en una aventura llena de colores y sabores nuevos por descubrir.

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