Una aventura segura


En un pueblo encantador, vivían varios niños curiosos y llenos de energía: Martina, Lucas, Valentina, y Juan. Un día, mientras jugaban en el parque, vieron a unos adultos vestidos de amarillo que les llamaron la atención. Eran los encargados de la seguridad vial, quienes les explicaron la importancia de la precaución al cruzar la calle y el significado del mes de mayo como el Mes de la Seguridad Vial. Los niños, emocionados, decidieron formar el club 'Niños Amarillos' para promover la seguridad vial en su vecindario. Juntos, pintaron carteles brillantes para recordar a todos acerca de la importancia de detenerse en las esquinas y mirar a ambos lados antes de cruzar.

Un día, mientras caminaban hacia la escuela, escucharon un ruido fuerte proveniente de una calle cercana. Corrieron hacia allí y vieron a su amigo Tomás a punto de cruzar la calle sin mirar. Rápidamente, los niños amarillos lo detuvieron y le recordaron las reglas de seguridad vial. Agradecido, Tomás prometió ser más cuidadoso en el futuro.

La noticia sobre la valentía de los niños amarillos se esparció por el pueblo, y pronto todos querían unirse al club. Juntos planearon un desfile para el Día de la Seguridad Vial, donde mostraron sus carteles y disfrutaron de juegos educativos sobre el tema. La actividad fue un éxito y la comunidad se unió para apoyar los esfuerzos de los niños.

Al final, los niños amarillos se dieron cuenta de que su compromiso y valentía habían hecho una diferencia real en su vecindario. Ahora, todos eran más conscientes y respetuosos con las reglas de seguridad vial, y los niños amarillos se sentían orgullosos de haber contribuido a hacer su comunidad un lugar más seguro.

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