Una Canción para Ludovica



Era un día soleado en el parque, y Ludovica estaba sentada en una de esas hamacas mientras cantaba una de sus canciones favoritas de Taylor Swift. A ella le encantaba la música, y siempre encontraba consuelo en las melodías de su ídola.

Un poco más adelante, estaba Luana, una nueva amiga que había llegado al barrio. No sabía mucho sobre la música, pero siempre estaba dispuesta a aprender.

"Ludovica, ¿qué estás cantando?" preguntó Luana, entre risas.

"Es una canción de Taylor Swift. ¡Me encanta! ¿No la conocés?" respondió Ludovica, emocionada.

"No, no sé quién es. Pero me gustaría escucharla".

Ludovica comenzó a imitar la melodía, y sus ojos brillaban mientras lo hacía. Pero en ese momento, algo increíble sucedió. Una figura familiar apareció en el parque. Era nada más y nada menos que Taylor Swift.

"¡Hola chicos! ¿Están cantando mis canciones?" dijo Taylor con una sonrisa.

"¡Oh por Dios! ¡Eres Taylor Swift!" gritó Ludovica, mientras Luana la miraba con ojos muy abiertos.

"¡Wow! No puedo creerlo. ¡Hola, Taylor!" saludó Luana, aunque no entendía completamente a quien estaba hablando.

Ludovica, llena de emoción, se acercó a Taylor.

"Soy tu fan número uno. Siempre escucho tu música. ¿Puedes enseñarnos a hacer una canción?"

"Claro, me encantaría".

Las tres se sentaron en el césped, y Taylor, con su guitarra en mano, comenzó a guiar a Ludovica y Luana.

"Lo primero que necesitamos es una idea. ¿De qué les gustaría hablar en la canción?"

"¡Sobre la amistad!" exclamó Ludovica.

"Sí, eso suena genial" agregó Luana.

Así, comenzaron a pensar en las mejores palabras para expresar lo que sentían. Pero luego, una sombra de duda se posó sobre la cabeza de Ludovica.

"Pero, ¿qué si mi idea no es buena?" preguntó, frunciendo el ceño.

"¡No digas eso! Todas las ideas valen, así que no tengas miedo de compartirlas. ¡Eso es lo que hace única a tu voz!" le animó Taylor.

Ludovica sonrió timidamente y empezó a contarles sobre una vez que había ayudado a una amiga a sentirse mejor.

"Podemos hablar sobre ser valientes y ayudar a los demás. ¡Eso siempre hace la diferencia!" dijo.

"¡Me encanta!" dijo Luana, brincando de felicidad.

"Genial, ¡empecemos a escribir!" dijo Taylor, emocionada.

Las tres comenzaron a jugar con las palabras, riendo y compartiendo ideas. Después de un buen rato, lograron terminar la canción. Con una melodía simple y pegajosa, comenzaron a cantarla juntas.

"¡Esto es increíble!" exclamó Ludovica, mientras su corazón latía de felicidad.

"Nunca pensé que escribir una canción podría ser tan divertido" dijo Luana.

"Así es, la música es un lenguaje que une a todos, y sobre todo, es mágico" respondió Taylor con una sonrisa.

Al final de ese día, Ludovica y Luana se despidieron de Taylor, pero no sin antes hacerle una promesa.

"¡Vamos a seguir creando canciones y no tener miedo de compartir nuestras ideas!" dijo Ludovica.

"¡Y a aprender de nuestra manera de ser!" agregó Luana.

Taylor las miró con orgullo.

"Eso es lo más importante. La amistad y la música nos hacen fuertes. ¡Sigan siempre adelante, chicas!"

Nunca olvidarían aquel día en que conocieron a Taylor Swift y aprendieron a ser valientes al expresar sus ideas. Desde entonces, Ludovica y Luana se convirtieron en las mejores amigas y crearon su propio club de música, inspirado en las enseñanzas de su ídola. Juntas, inspiraron a otros chicos del barrio a hacer lo mismo, siempre recordando que lo más importante era ser auténticos y compartir sus voces.

Y así, aprendieron que lo verdaderamente mágico no solo estaba en la música, sino en el poder de la amistad y la valentía de ser uno mismo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!