Una clase emocionante



Había una vez en la ciudad de Córdoba, una maestra llamada Alejandra. Era la profe de lengua en una escuela primaria y todos los niños la adoraban.

La razón era simple: ella hacía que las clases fueran divertidas y emocionantes. Un día, cuando Alejandra llegó a la escuela, se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. Los pasillos estaban vacíos y no había niños corriendo por ahí como siempre.

Se acercó al director para preguntar qué estaba sucediendo. "¿Qué pasa aquí? ¿Por qué todo está tan tranquilo?"- preguntó Alejandra. "Lo siento mucho, Alejandra, pero hoy es un día especial.

Los niños están teniendo un examen importante y no pueden salir del aula hasta que terminen"- respondió el director con tristeza. Alejandra se sintió muy mal ya que sabía lo aburrido que podían ser los exámenes para los niños. Así que decidió hacer algo al respecto.

Fue a su salón de clases y comenzó a escribir diferentes actividades educativas en papeles pequeños. "¡Niños! Hoy tenemos un juego especial para ustedes" -dijo con entusiasmo-. "Cada uno tomará un papelito con una actividad escrita en él".

Los niños parecían emocionados mientras tomaban sus papeles y leían las actividades escritas en ellos:"Hacer rimas""Escribir cuentos cortos""Hacer un debate sobre temas interesantes"Los niños comenzaron inmediatamente a trabajar en sus tareas asignadas mientras Alejandra caminaba por el aula para ayudarlos y guiarlos.

A medida que avanzaban, los niños se dieron cuenta de que estaban aprendiendo mucho más de lo que habrían aprendido en un examen aburrido.

Al final del día, cuando los padres vinieron a reagarrar a sus hijos, los niños salieron corriendo hacia ellos con una sonrisa enorme en sus rostros. Todos ellos hablaban emocionados sobre las actividades educativas que habían hecho durante el día. "Gracias por hacer nuestras clases tan divertidas, profe Alejandra" -dijo uno de los niños-.

Alejandra se sintió muy feliz al escuchar eso. Sabía que había logrado su objetivo: enseñarles a los niños de una manera divertida y emocionante para ayudarles a aprender mejor.

Desde ese día en adelante, ella siempre trató de hacer sus clases más interesantes y creativas para mantener la atención de sus alumnos y enseñarles todo lo que necesitaban saber con diversión y alegría.

FIN.

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