Una despedida llena de aventuras
Era un día soleado y brillante en el parque donde todos los primos y hermanos solían reunirse a jugar. Hoy, sin embargo, era diferente. La risa y la alegría habitual estaban llenas de emociones encontradas, ya que Isaac, el mayor de todos, estaba a punto de embarcarse en un viaje que lo llevaría lejos, por dos años.
"No puedo creer que te vayas, Isaac" - exclamó Sarailis con su voz temblorosa, mientras apretaba su muñeca de peluche con fuerza.
"¿Por qué no te quedás?" - añadió Yorgelis, que intentaba contener las lágrimas.
"Voy a aprender muchas cosas y conocer nuevas personas, ¡seré un aventurero!" - respondió Isaac con una sonrisa esperanzadora.
Juan, el más pequeño de todos, miraba a su hermano con ojos llenos de admiración y tristeza.
"Pero, Isaac, ¿quién jugará conmigo ahora?" - preguntó Juan, con una voz apenas audible.
"Siempre estaré en tu corazón, Juan. Y te prometo que te traeré un montón de sorpresas" - contestó Isaac, agachándose para darle un abrazo.
Isanny y Yatnielis, mientras tanto, intentaban distraerse tratando de hacer reír a los demás.
"Vamos a jugar a un juego de inmediato para que no lloremos más" - dijo Isanny.
"Sí, ¡los mejores primos del mundo no lloran!" - agregó Yatnielis, con la mirada fija en su hermano mayor.
Jatniel miró a su amigo Daniel y ambos se intercambiaron una señal.
"Isaac, esto no es una despedida. Solo es un 'hasta luego'. Fiesta de reencuentro en dos años, ¡un pacto!" - dijo Jatniel, levantando su puño en señal de acuerdo.
Pero la tristeza se acentuaba.
"Voy a extrañar nuestras tardes de videojuegos y las batallas de almohadas" - murmuró Isai, intentando sonar valiente, pero su voz tembló.
"Yo también, pero siempre puedo hacer video llamadas y compartir mis experiencias desde lejos" - respondió Isaac, intentando animar el ambiente.
Pero a medida que se acercaba la hora de partir, las emociones se desbordaron.
"No es justo" - sollozó Yorgelis.
"Te necesitamos aquí, Isaac!" - agregó Sarailis, quien se secaba las lágrimas con su remera.
Isaac miró a todos sus primos y hermanos.
"Escuchen, mientras yo esté lejos, cada uno de ustedes estará creciendo y haciéndose más fuerte. Fue un viaje de aprendizaje para mí, pero también es una oportunidad para ustedes. Podemos inventar nuevas aventuras por separado y luego compartirlas como si fuéramos un mismo libro de historias".
A pesar de las lágrimas y el dolor de la despedida, las palabras de Isaac empezaron a resonar en sus corazones.
"¡Sí!" - exclamó Daniel, limpiándose los ojos.
"Cada uno de nosotros puede convertirse en un aventurero a su manera" - agregó Jatniel.
Con renovada energía, los primos comenzaron a recordar sus propias aspiraciones, sueños y planes.
"Voy a aprender a cocinar las mejores comidas para cuando vuelvas" - dijo Sarailis con determinación.
"Yo me inscribiré en clases de dibujo, ¡quiero hacerte un mural cuando regreses!" - expresó Yorgelis con una sonrisa casi inquieta.
"Y yo me haré un experto en videojuegos, así que cuando vuelvas seré el mejor de todos" - agregó Juan con entusiasmo, su tristeza disolviéndose poco a poco.
"Todos haremos algo especial para sorprenderte" - concluyó Yatnielis.
Al final de la jornada, Isaac sintió que su corazón se había fortalecido.
"Gracias, compañeros de aventuras" - dijo.
Con un abrazo fuerte a cada uno y una promesa de estar siempre conectados, los primos despidieron a Isaac, sintiéndose más unidos que nunca. La tristeza dio paso a la esperanza; las lágrimas, a la risa cuando todos gritaron al unísono:
"¡Hasta pronto, Isaac! ¡Te estaremos esperando!"
Y así, con un último vistazo hacia sus primos y hermanos, Isaac se marchó al nuevo capítulo de su vida, llevando consigo no solo sueños, sino también la promesa de regresar y compartir todas las aventuras y ojalá que se bulliciosas y tristes a la vez fue su despedida.
FIN.