Una familia peluda



Había una vez en un pequeño pueblo argentino, una pareja llamada Martina y Juan, que vivían juntos en una acogedora casita rodeada de árboles frutales y flores de colores brillantes.

Martina y Juan eran amantes de los animales, por lo que tenían dos gatitos traviesos llamados Luna y Sol, y dos perros juguetones llamados Roco y Lola. Una mañana soleada, Martina se levantó temprano para preparar el desayuno mientras los cuatro animalitos correteaban por el jardín.

De repente, Luna trepó a un árbol alto y no podía bajar. Martina intentó convencerla con palabras dulces, pero Luna tenía miedo. Fue entonces cuando Juan tuvo una idea brillante.

- ¡Martina, tengo una idea! Voy a subir al árbol para ayudar a Luna a bajar -dijo Juan decidido. Con cuidado, Juan trepó al árbol y logró rescatar a Luna sana y salva. Todos celebraron con alegría en el jardín mientras compartían un delicioso desayuno al aire libre.

Esa misma tarde, mientras paseaban por el campo con los perros corriendo felices a su alrededor, Martina tropezó con una piedra y cayó al suelo lastimándose la pierna. Roco y Lola ladraron preocupados mientras Luna y Sol maullaban angustiados.

- ¡Tranquilos chicos! No es nada grave -dijo Martina intentando tranquilizarlos. Juan rápidamente improvisó un vendaje con su pañuelo para ayudar a Martina a caminar de regreso a casa.

Una vez allí, todos se reunieron alrededor de ella demostrándole su cariño con lamidas afectuosas (los perros) y ronroneos reconfortantes (los gatos). Los días pasaron entre juegos en el jardín, largas siestas bajo el sol y aventuras en el campo.

Martina andaba mejor de su pierna gracias a los cuidados de Juan, quien siempre estaba atento a las necesidades de sus mascotas. Una noche estrellada, mientras cenaban afuera disfrutando del fresco nocturno, escucharon un maullido débil proveniente del fondo del jardín.

Al acercarse descubrieron que había llegado un gatito blanco perdido que parecía hambriento y asustado. - Parece que tenemos un nuevo amigo animal -dijo Martina sonriendo emocionada. Decidieron llamarlo Nieve e integrarlo a la familia junto a Luna, Sol, Roco y Lola.

Desde ese día en adelante, los seis animalitos vivieron felices aventuras juntos bajo la protección amorosa de Martina y Juan en su hogar lleno de amor.

Y así demostraron que la verdadera familia va más allá de las diferencias o el número de patas que tengan cada uno.

FIN.

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