Una Feria de Esperanza
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, llamado Villa Esperanza, donde vivían muchas familias trabajadoras y amigables. En este lugar, la Doctrina Social de la Iglesia era muy importante para todos.
En Villa Esperanza había una escuela primaria llamada "Don Bosco", en honor al famoso sacerdote italiano que dedicó su vida a ayudar a los jóvenes necesitados. El director de la escuela, el Sr.
Martínez, era un hombre sabio y compasivo que siempre buscaba formas de mejorar la vida de sus alumnos. Un día, el Sr. Martínez se dio cuenta de que muchos padres no tenían suficiente dinero para comprar los útiles escolares necesarios para sus hijos.
Esto le preocupaba mucho porque sabía lo importante que era tener las herramientas adecuadas para aprender. Decidió aplicar el principio de subsidiaridad de la Doctrina Social de la Iglesia y buscar ayuda dentro de la comunidad.
Se reunió con los padres y les explicó su preocupación. Todos estuvieron de acuerdo en trabajar juntos para encontrar una solución. El Sr.
Martínez propuso organizar una feria comunitaria donde cada familia podría vender productos hechos por ellos mismos para recaudar fondos y así comprar los útiles escolares necesarios. Todos se entusiasmaron con esta idea y comenzaron a planificarla. Los días pasaban rápidamente y finalmente llegó el día tan esperado: la Feria Comunitaria Don Bosco estaba lista para comenzar.
Las calles del pueblo se llenaron con puestos coloridos donde las familias vendían sus productos caseros: desde comida hasta artesanías. Entre los asistentes había una niña llamada Sofía, quien estaba emocionada por participar en la feria.
Ella había aprendido a tejer bufandas y gorros con su abuela y decidió venderlos para ayudar a comprar útiles escolares. Mientras caminaba entre los puestos, Sofía notó que un niño llamado Juanito no tenía nada para vender. Se acercó a él y le preguntó si necesitaba ayuda.
Juanito le explicó que su familia estaba pasando por momentos difíciles y no tenían recursos para hacer productos. Sofía recordó las enseñanzas de Don Bosco sobre la importancia de ayudarse mutuamente.
Sin dudarlo, le ofreció a Juanito unirse a ella en su puesto y compartir sus productos. Juntos, vendieron muchas bufandas y gorros, lo que les permitió recaudar una buena cantidad de dinero. Al final del día, el Sr.
Martínez anunció cuánto dinero se había recaudado en total: ¡suficiente para comprar todos los útiles escolares necesarios! Todos se alegraron mucho al escuchar esta noticia. La historia de Sofía y Juanito se convirtió en un ejemplo inspirador para toda la comunidad de Villa Esperanza.
Aprendieron que cuando trabajan juntos, pueden superar cualquier obstáculo y mejorar la vida de todos. Desde ese día, cada año se celebra la Feria Comunitaria Don Bosco en Villa Esperanza.
Las familias continúan aplicando el principio de subsidiaridad y colaborando para ayudarse mutuamente. Y así, gracias a la Doctrina Social de la Iglesia y el espíritu solidario de las personas, Villa Esperanza se convirtió en un lugar donde todos se apoyan y trabajan juntos para construir un futuro mejor.
FIN.