Una foca en apuros


Había una vez cinco amigos llamados Martín, Sofía, Pablo, Camila y Tomás, quienes decidieron pasar un día en el parque. Mientras paseaban por el lugar, escucharon unos ruidos extraños provenientes del lago.

Al acercarse, se encontraron con una sorpresa inesperada: una foca varada en la orilla. -¡Miren, una foca! -exclamó Sofía sorprendida. La foca parecía estar en problemas, así que los amigos decidieron actuar.

Tomás llamó a la guardaparque mientras que Martín, Pablo y Camila intentaron empujar a la foca de regreso al agua. Sin embargo, la foca parecía asustada y no quería moverse. Fue entonces cuando Sofía tuvo una brillante idea. -¡Creo que la foca está herida! -dijo preocupada.

Los amigos rodearon a la foca con cuidado y vieron que tenía una herida en una de sus aletas. Decidieron improvisar un plan de rescate: Tomás y Sofía se quedaron con la foca para tranquilizarla, mientras Martín, Pablo y Camila buscaron ayuda de la guardaparque.

Con la ayuda de la guardaparque, lograron llevar a la foca a un refugio donde pudiera recuperarse.

Los amigos visitaban todas las semanas a la foca para asegurarse de que estuviera bien, y después de un tiempo, la foca pudo volver al mar sana y salva. La experiencia enseñó a los amigos la importancia de cuidar la naturaleza y cómo trabajar en equipo para ayudar a los animales en apuros.

Desde entonces, visitaban el parque con más frecuencia, siempre listos para ayudar a cualquier animal que necesitara su ayuda.

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