Una gran amistad



Había una vez en la selva un burro llamado Bartolo, que siempre soñaba con ser valiente y fuerte como un tigre.

Por otro lado, estaba Timoteo, un tigre temeroso y asustadizo que en realidad quería ser amable y tranquilo como un burro. Un día, Bartolo decidió ir a buscar al tigre para pedirle consejos sobre cómo ser más valiente.

Al encontrarse con Timoteo, le dijo: "Hola amigo tigre, quisiera aprender de ti cómo enfrentar mis miedos y ser tan intrépido como tú". Timoteo se sorprendió al escuchar esto y respondió: "Pero Bartolo, yo en realidad no soy tan valiente como crees. Siempre he admirado tu calma y paciencia".

Ambos animales se miraron sorprendidos por lo que acababan de descubrir el uno del otro. Decidieron entonces ayudarse mutuamente para lograr sus deseos. Bartolo enseñaría a Timoteo a ser más amable y paciente, mientras que Timoteo enseñaría a Bartolo a enfrentar sus miedos.

Así comenzaron a pasar tiempo juntos, compartiendo experiencias y aprendiendo el uno del otro. Bartolo descubrió que la valentía no siempre significa no tener miedo, sino enfrentarlo con coraje. Y Timoteo comprendió que la bondad no está reñida con la fortaleza.

Un día, mientras caminaban juntos por la selva, se encontraron con un grupo de monos traviesos que estaban causando problemas. Los monos empezaron a molestarlos e intentaron robarles comida.

En ese momento, Bartolo recordó lo aprendido de Timoteo y decidió plantar cara a los monos sin dudarlo. "¡Alto ahí! ¡No permitiré que nos molesten más!", exclamó Bartolo con determinación.

Timoteo observaba impresionado la valentía de su amigo burro y decidió unirse a él para defenderse de los monos traviesos. Juntos lograron ahuyentarlos y proteger su territorio. Desde ese día, Bartolo y Timoteo se convirtieron en inseparables amigos que se complementaban perfectamente el uno al otro.

El burro había encontrado su valentía interior gracias al apoyo del tigre, mientras que el tigre había descubierto su lado amable gracias al ejemplo del burro.

Y así demostraron que las diferencias no son obstáculos para la amistad verdadera y que juntos podían superar cualquier desafío que se les presentara en la vida. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero nuestra amistad ha comenzado.

FIN.

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