Una Historia de Amistad en el Universo

Había una vez en el vasto universo, un planeta que no tenía nombre, pero sus colores eran celestes, verdes y marrones. Este planeta era hogar de muchas criaturas maravillosas y diversas.

Un día, las demás planetas del universo se dieron cuenta de que este planeta necesitaba un nombre, así que se reunieron para decidirlo. "¿Qué tal si lo llamamos Planeta Azul?" propuso Neptuno. "No, deberíamos llamarlo Planeta Verde por la exuberante vegetación que tiene", sugirió Venus.

Sin embargo, Marte reflexionó y dijo: "Creo que deberíamos llamarlo Planeta Tierra, ya que es un lugar donde la tierra, el cielo y el agua se unen armoniosamente."

Entonces, todos estuvieron de acuerdo y desde ese día, el planeta sin nombre fue llamado Planeta Tierra. Las criaturas que habitaban en él se sintieron felices de tener un nombre. Pero un día, el Sol, que era amigo cercano de la Tierra, notó que algo no estaba bien.

"Querida Tierra, veo que tus bosques están siendo destruidos y tus aguas contaminadas. Debemos hacer algo al respecto", le dijo el Sol preocupado. La Tierra, entristecida, pensó en qué hacer. Entonces, decidió convocar a todas las criaturas del planeta para pedirles ayuda.

Los animales de la jungla, los peces del mar, las aves del cielo y hasta los árboles y las flores se reunieron para escucharla. "Amigos, nuestro hogar está en peligro. Necesitamos cuidarlo y protegerlo.

Cada uno de ustedes tiene un papel especial en este mundo y juntos podemos hacer grandes cosas para salvarlo", les dijo la Tierra con determinación. Los habitantes de la Tierra se comprometieron a cuidarla, protegerla y vivir en armonía con ella.

Así, poco a poco, el aire se volvió más limpio, los bosques se regeneraron y los océanos se limpiaron. La Tierra, con el amor y el cuidado de todos, volvió a brillar con sus colores celestes, verdes y marrones.

Desde entonces, en el universo se contaba la historia del increíble Planeta Tierra, donde la amistad, el cuidado del medio ambiente y la colaboración de todos sus habitantes lograron mantener su belleza y armonía. Y así, la Tierra se convirtió en un ejemplo para todos los demás planetas.