Una historia de amistad y superación


Drako era un perrito muy especial. Era de raza pitbull, pero eso no importaba para su familia humana. Ellos lo amaban y cuidaban como a uno más de la familia.

Un día, mientras Drako jugaba en el parque con sus hermanos humanos, se encontraron con unos niños nuevos que parecían tener miedo de él. Los niños se alejaron rápidamente y le dijeron a sus padres que un perro peligroso estaba en el parque.

Nico y Mary, los papás de Drako, vieron cómo sucedió todo y decidieron hablar con los padres de esos niños para explicarles que Drako era amigable y cariñoso. Pero los padres estaban preocupados por la raza de Drako y no querían arriesgarse.

La noticia corrió rápidamente por el pueblo y las personas empezaron a evitar a Drako solo por su apariencia. Esto hizo sentir muy triste al perrito, ya que él solo quería jugar y ser feliz como cualquier otro perro.

Un día, mientras caminaba por el vecindario con Nico, Drako vio a una niña llorando en la calle. Se acercó lentamente hacia ella e intentó consolarla lamiéndole las manos. La niña se calmó al instante y sonrió.

"-Gracias, Drako", dijo la niña entre sollozos. "-¿Quieres ser mi amigo?"Drako movió su cola emocionado y asintió con la cabeza. Desde ese día, la niña llamada Valentina se convirtió en la mejor amiga de Drako.

Juntos jugaban todo el tiempo sin importar lo que dijeran los demás. La historia de amistad entre Drako y Valentina se volvió famosa en el pueblo.

Las personas comenzaron a darse cuenta de que la raza no definía el carácter de un perro, sino cómo era criado y tratado por sus dueños. Un día, durante una feria en Amatán Chiapas, hubo un concurso para elegir al perro más simpático del pueblo.

Valentina decidió inscribir a Drako sin importar lo que dijeran las demás personas. El día del concurso llegó y Drako estaba muy emocionado. Había muchos perros lindos y amigables participando, pero Drako se destacaba por su alegría y amor hacia todos.

Cuando llegó el momento de anunciar al ganador, todos estaban nerviosos. El presentador dijo: "-Y el ganador es... ¡Drako!"El público aplaudió emocionado mientras Nico, Mary y los hermanos humanos de Drako saltaban de alegría.

Ahora todas las personas del pueblo veían a Drako como un perrito especial lleno de amor y bondad. A partir de ese día, la vida de Drako cambió para mejor. Las personas ya no juzgaban su raza sino su corazón noble y valiente.

Y así, Drako demostró al mundo que no importa cómo te veas por fuera, sino quién eres por dentro. Desde entonces, Amatán Chiapas se convirtió en un lugar donde todos los animales eran respetados y queridos sin importar su apariencia o raza.

Y todo gracias a la historia inspiradora de amistad entre un perrito llamado Drako y una niña llamada Valentina.

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