Una historia de amor y lealtad



Había una vez una chica llamada Cristina, que era muy feliz junto a su novio, Martín. Sin embargo, Cristina tenía un problema: le gustaba mucho coquetear con otros chicos.

Aunque sabía que estaba mal ser infiel, no podía evitarlo. Un día, mientras caminaba por la calle, vio a un chinito vendiendo helados en su carrito. El chinito se llamaba Li y tenía una sonrisa amable y cálida.

Cristina se acercó al carrito y decidió pedir un helado de vainilla. "Hola Li, ¿cómo estás?"- saludó Cristina. "¡Hola! Muy bien gracias. ¿Y tú?"- respondió Li con alegría. Cristina notó que el chinito parecía triste y preocupado. "¿Pasa algo? Pareces preocupado"- preguntó ella.

Li suspiró y miró hacia abajo antes de responder:"Estoy pasando por un lio grande en mi vida personal. Mi esposa me ha sido infiel y estoy muy triste". Cristina sintió como si alguien le hubiera dado una bofetada en la cara.

Se dio cuenta de que estaba actuando igual que la esposa de Li ¡y eso no estaba bien!"Li, lamento mucho escuchar eso.

Yo también he sido infiel alguna vez y sé lo doloroso que puede ser para ambos" - dijo Cristina sinceramente. Li levantó la cabeza sorprendido:"¿Tú también has sido infiel? Entonces sabes lo importante que es aprender de nuestros errores". Cristina asintió con tristeza:"Sí, tienes toda la razón.

Me di cuenta de lo mal que me sentía al hacerle daño a la persona que amo. Prometí cambiar, pero no ha sido fácil". Li sonrió con amabilidad:"A veces, lo más difícil es reconocer nuestros errores y tomar acción para enmendarlos.

Pero si realmente amas a Martín, deberías hacer todo lo posible por serle fiel". Cristina reflexionó sobre las palabras de Li. Sabía que debía enfrentar su problema y cambiar su comportamiento. "Tienes razón, Li. Amo a Martín y no quiero perderlo.

Voy a dejar de coquetear con otros chicos y seré fiel a él" - dijo Cristina decidida. Li se alegró al escuchar eso:"Esa es una gran decisión, Cristina.

Estoy seguro de que si te esfuerzas y demuestras tu cambio, Martín te perdonará". Desde ese día, Cristina dejó de ser infiel. Se concentró en fortalecer su relación con Martín y demostrarle cuánto lo amaba. Con el tiempo, Martín notó el cambio en Cristina y decidió perdonarla.

Ambos trabajaron juntos para reconstruir la confianza perdida. Cristina aprendió una valiosa lección gracias a Li: nunca es tarde para rectificar nuestros errores y luchar por aquello que realmente valoramos.

Y así fue como Cristina encontró la felicidad verdadera junto a Martín, aprendiendo que la fidelidad es un pilar fundamental en cualquier relación de amor.

FIN.

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